Otras verdades ocultas (Historia de una experiencia vivida. 2ªParte

Mercedes Glez. Rojo Exconcejala del equipo de gobierno del PSOE.

Continuando con la historia de mi experiencia política en estos últimos cuatro años, me toca ahora hablar del partido bajo cuyas siglas concurrí a las elecciones: el PSOE. Un partido que en los últimos meses ha visto como era utilizado por parte de sus miembros más históricos para revolverse contra Victorina Alonso (la candidata que ellos habían elegido en 2011 para perder las elecciones) atacándola con saña; tanto a ella como a quienes hemos permanecido a su lado. Por lealtad y por convicciones políticas y personales, que no por servilismo como han querido dar a entender. Y ese ataque, que han defendido precisamente desde lo que ellos han llamado su carácter democrático, ha conseguido cuatro años después de lo que tenían calculado la derrota de una candidata que en aquel momento no sacaban a ganar. Para aclarar algunas cosas al respecto de este proceso, quiero recurrir de nuevo a mi experiencia en este tiempo.

 

Seguramente mucha gente sabe que comencé mi andadura como “independiente” (eso sí teniendo siempre muy claro que había aceptado ir bajo las siglas del PSOE, y así se lo he recordado a otros compañeros también independientes durante esta legislatura). Pero pronto comprendí que debía llevar mi apoyo al partido y a la alcaldesa más allá. Y decidí afiliarme. En este sentido he de decir que me he sentido engañada y manipulada por la secretaria de organización de Astorga, pues, tras mi afiliación,  se tardó más de dos años en darme el carnet del partido. Cuando preguntaba si ya estaba todo resuelto, primero se me daban largas, luego no se me encontraba en ninguna lista, luego aparecí “supuestamente” y por error en una lista de simpatizantes. Todo esto después de haber dado varias veces mis datos. Hasta que la propia Secretaria General, también alcaldesa, no tomó cartas en el asunto no conseguí que se me afiliara realmente. Y es que todo señala, más aún al hilo de los sucesos acaecidos en los últimos meses,  que tampoco querían gente que la apoyara dentro del partido, pues como independiente yo no tenía derecho a asistir a asambleas, comités y mucho menos a votar en caso de necesidad. No he sido la única. Le ha pasado a más personas. Unas han sido pacientes y han insistido hasta conseguirlo. Otras lo han dejado por imposible.

También conozco el caso de diversas personas, algunas de ellas muy válidas políticamente, que a lo largo de estos años han abandonado el partido por enfrentamientos con quien antes de Victorina lo ha liderado durante tantos años, y que lo ha dejado reducido a esos 36 afiliados que no interesaba hacer crecer para poder ser manejados más fácilmente. Eso sí, todo ello con un carácter plenamente democrático, dentro de un partido que pretendía moverse al margen del verdadero sentir del “socialismo”, aunque utilizara sus siglas siempre que vinieran bien a sus intereses. Un partido que, visto lo visto, mejor hubiera sido  que llevase el nombre de quien durante tantos años lo ha manejado a su antojo en Astorga. En estos cuatro años he visto con incredulidad el compadreo que algunos “¿compañeros?” se traían con miembros del PP en contra de los propios intereses del partido al que prometieron fidelidad y del que se llevan aprovechando toda una vida. Y eso sí que me parece deslealtad. Porque una cosa es negociar todos juntos por el bien común del municipio y otra muy distinta “cargar”, de forma personal y profesional que no políticamente, junto a la oposición popular, contra quien se está dejando la piel por gobernar en circunstancias tan difíciles como las que han supuesto estos cuatro años.

Esta es mi realidad a nivel de partido en esta etapa recién finalizada. Lo  que yo he vivido. Un permanente acoso por parte de gente de un partido que durante un largo tiempo se ha dedicado a vilipendiar y a poner trabas, sencillamente, porque se han encontrado con una forma de pensar y de actuar que les ha impedido seguir haciendo de Astorga su feudo particular.

Y en vez de hacerme renunciar desilusionada, la injusticia me ha llevado a mantenerme al lado de una mujer que me ha enseñado la parte más digna de la política, a creer en su proyecto, un proyecto de igualdad y de futuro que hemos compartido y al que ahora se ha unido nueva gente que cree en lo mismo. Gente con apertura de miras y con ganas de trabajar. Gente que cree en Astorga y en lo que ésta y sus gentes pueden aportarle a las comarcas de las que siempre han vivido. Gente con otras expectativas. Gente que considera que una dimisión ahora sería una cobardía y que anularía la posibilidad de demostrar a la ciudadanía que las razones para presentarse a la alcaldía de una ciudad son el verdadero bienestar de la misma y no el ansia de poder del que se la ha tachado.

Por eso también yo estoy aquí.  Y junto a ella y los nuevos compañeros que el destino nos ha deparado seguiremos trabajando por el futuro, desde el lugar que en esta etapa nos ha tocado hacerlo.

 

 

Mercedes Glez. Rojo Exconcejala del equipo de gobierno del PSOE.

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