Objetivo: 2019

 

2019 es el año mágico. Todos los partidos políticos en plena fiebre de renovación se fijan el objetivo de tener lista y engrasada la maquinaria electoral para el año2019. Año de elecciones municipales y autonómicas. Largo me lo fiais, amigo; aunque en política la verdad es que el tiempo es algo muy relativo. El que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos se hayan emplazado para batirse la primavera del 2019 pudiera dar por sentado que no va a haber otras elecciones hasta las lejanas municipales o autonómicas. Quizá. Pero eso sólo depende de Rajoy y de la iniciativa del Partido Popular para aglutinar los apoyos necesarios para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de este año ya en curso.

En el PP le dan prioridad a la renovación del partido a través de los próximos congresos regionales, en esta primavera, y de los provinciales, antes del verano. No es que se avecinen grandes cambios, pero esos congresos son necesarios para actualizar y, en algunos casos, regenerar, la imagen del partido. En Castilla y León, por ejemplo, ya está claro que va a seguir Herrera y que desde su renovada presidencia en el partido dirigirá el proceso de sucesión en busca del mejor candidato para la Junta. Será su último servicio al partido.

En Podemos sucede tres cuarto de lo mismo. Tras el congreso de hace un par de fines de semana, el vencedor Pablo Iglesias necesita tiempo para aplicar el rasero del vencedor al resto de las organizaciones provinciales y regionales de su organización. De hecho, el vencido Errejón no ha tenido más remedio que aceptar ser el candidato en 2019 a la Comunidad de Madrid. Sin primarias y sin debate, por designación del dedo ungidor. Jo, cómo en el PP. Con Errejón entretenido en armar su proyecto y futura candidatura, Iglesias tiene el campo libre para adaptar el partido a su imagen y semejanza. Sólo necesita tiempo.

Y, bueno, en el PSOE, mejor ni hablar. Son los que más tiempo necesitan para dirimir su profunda división en unas primarias a vida y muerte. Patxi, Sánchez y Díaz competirán por el control del partido en la madre de todas las batallas internas socialistas. La pugna se presenta interesante y expectante. Hasta el PP tiene interiorizado que el PSOE es un partido absolutamente necesario para la estabilidad de la política española, por lo que Rajoy les va a dar todo el tiempo del mundo, incluso, si es necesario, prorrogando los presupuestos 2016. Todo, menos convocar elecciones generales anticipadas. El PSOE necesita el horizonte despejado y Rajoy se lo va a conceder. Que diriman sus diferencias, que elijan líder, que reconstruyan el partido y que vuelvan a sentar las bases de fortaleza que necesita España. Así que, a pensar en el 2019.

Ciudadanos, por último, tiene que cubrir sus enormes huecos, como el no contar con presencia política destacada en comunidades básicas como País Vasco y Galicia, donde el partido de Rivera cosechó un durísimo revés en las elecciones autonómicas. El futuro de Ciudadanos pasa por completar su implantación nacional y ganar presencia en ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos. Ciudadanos se lo jugará todo en el 2019.

Nunca ha habido tanta unanimidad política: los cuatro grandes partidos necesitan tiempo para organizarse de cara a la gran batalla de las municipales y autonómicas de 2019. Que ya están ahí, a la vuelta de la esquina.

 

 

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