El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, expresó este jueves su “profundo dolor” por las víctimas de la tragedia ocurrida en el Mar de Alborán, con medio centenar de inmigrantes desaparecidos, que habían salido el domingo pasado de Marruecos en una balsa con la intención de acceder a Europa a través de España.
“Pido al Señor el descanso eterno para los que han fallecido y la pronta recuperación de los tres supervivientes. Mi aliento y agradecimiento a todos los que trabajan por rescatar los cadáveres y atender a los que sobrevivieron”, señaló. Esta tragedia, dijo, vuelve a evidenciar la necesidad de alcanzar un acuerdo mínimo entre los países que garantice una inmigración segura, sin riesgo para las vidas humanas. Así mismo, añadió, “es necesario promover un orden económico internacional justo y equitativo de modo que toda persona pueda desarrollar su vida dignamente en su país o en otro”. El papa Francisco, recordó, “dijo recientemente que la inmigración es una oportunidad para el crecimiento humano, el encuentro y el diálogo entre las culturas, para la promoción de la paz y la hermandad entre los pueblos”.