El chispazo surgió por casualidad, mientras Noemí Sabugal rastreaba información sobre cantantes de blues para crear un grupo que aparecería en la que estaba llamada a ser su tercera novela. La escritora leonesa dio entonces con un vídeo de la cantante Willie Mae Thornton, más conocida como Big Mamma Thornton, durante una actuación que había ofrecido en 1965 para un programa de televisión en Baden-Baden durante una gira que llevó por Europa a maestros del género como John Lee Hooker o ella misma. “Me impactó verla entrar con esa chulería, y su poderosísima voz. A partir de ahí empecé a leer sobre ella y la historia fue creciendo hasta que decidí escribir una novela”, explica la autora.
El fruto de su trabajo, ‘Una chica sin suerte’ (Ediciones del Viento, 17 euros), verá la luz mañana lunes, 19 de febrero, en las librerías españolas. En el libro, Sabugal se aleja del género policíaco que impregnaba sus dos obras anteriores (‘El asesinato de Sócrates’, 2010, y ‘Al acecho’, 2013), para profundizar en la personalidad de una mujer que no ha tenido la suerte que merecía”. “Era una de las grandes figuras del blues, que fue influyente para muchísimos músicos y que sin embargo no ha sido reivindicada al nivel que Bessie Smith, Memphis Minnie o Billie Holiday, entre otras. Eso me llamó muchísimo la atención y despertó mi interés porque vi que ahí la narración y la novela podían desarrollarse”, detalla en declaraciones a Ical.
A partir de la gira por Europa que Big Mamma Thornton realizó en 1965, la autora desarrolla la novela a partir de un doble diario de la protagonista (lo que ella supuestamente escribe en su diario y lo que pasa por su cabeza), que se complementa con un narrador omnisciente que permite avanzar la trama y profundizar en el desarrollo de los personajes. “La estructura la tuve bastante clara desde el principio porque yo escuché la voz de Big Mama. Eso a veces te pasa y otras veces no te ocurre. En este caso yo escuché la voz de una tía con muy mala leche, pero con mucho sentido del humor, malhablada, rabiosa… Yo pensaba cómo se tenía que sentir esta mujer en esa época. Una mujer furiosa, rabiosa, e intenté transmitir eso”, detalla.
Una mujer magnética
Además de descubrir a “una mujer magnética” y “arrolladora”, quienes se acerquen a ‘Una chica sin suerte’ podrán conocer los orígenes del blues, una música ligada a los cantos de trabajo de los esclavos: “Les servía para animarse para trabajar y también para expresar el blues, la tristeza de unas personas que estaban totalmente sometidas y con muy poca esperanza de vida y de escapar de su situación: o se suicidaban o cantaban su blues, su tristeza, y la sacaban fuera”, relata.
Sabugal subraya que lo que más le atrajo del personaje central fue “su feroz independencia”, algo que sin embargo hizo que no tuviera el éxito que hubiera merecido, y su “pasión por la música”, una dedicación que, en sus inicios, compaginaba limpiando zapatos o escupideras, y trabajando en un camión de basura, para poder llegar a fin de mes. “Esa pasión por crear, por el arte, de repente conectó mucho conmigo. Ella no solo cantaba las canciones de los demás, sino que componía la mayoría de sus canciones y aprendió sola a tocar la batería y la armónica, en la que era una maestra”, desgrana.
Además, por encima de todo, aplaude la “voz” y el “talento” que tenía, que la llevó a ser “una maestra para muchos músicos que después han sido más conocidos que ella, como Janis Joplin. Todo el mundo piensa que ‘Ball and chain’ por ejemplo de Janis Joplin cuando fue compuesta y cantada por Big Mama Thornton.
Según explica la autora, también sintió una conexión especial por su protagonista ya que cuando Big Mamma Thornton realizó esa gira europea tenía la misma edad que la propia Sabugal tiene en estos momentos. “Aunque hayamos tenido una vida muy distinta, y venimos de mundos y experiencias muy diferentes, he sentido una especie de comunión extraña con alguien a quien no he conocido personalmente, pero con quien he sintonizado quizá por la necesidad creativa, por las dificultades que ella ha tenido por venir de ese ambiente rural del que ella procedía, como es mi caso… Ha sido una cosa un poco singular, creo que nos hubiéramos caído bien, aunque seguramente si le hubiera dicho que quería escribir una novela sobre su vida me hubiera mandado a la mierda porque hubiera dicho ¡tú qué tienes que contar de mi vida!”, sonríe.