Nace la cerveza 12.70: Juan José Villanueva une pasado y futuro en el grupo Lumajo

El viejo edificio de los cuartos de aseo del grupo minero en Laciana se convertirá en una fábrica de cerveza artesanal

Patricia Castro Cuando el grupo Lumajo comenzó su andadura en el mundo de la minería ninguno de nosotros nos hubiéramos podido imaginar que en un futuro el viejo edificio de los cuartos de aseo se convertiría en una fábrica de cerveza artesanal. Sí, como lo leen. Un proyecto que nace de la mano del lacianiego afincado en Panamá Juan José Villanueva quien a principios de este mismo mes, adquirió, personalmente, el antiguo grupo minero para su beca ‘Manuel Villanueva’. Y, precisamente, esta iniciativa es un ejemplo claro de los proyectos que podrían encajar en la beca y que, por tanto, podrían ser financiados. Es la mejor de las maneras que Juan José Villanueva tiene de decirle a la comarca de Laciana ‘pasen y vean, que esto va en serio’. Una apuesta decidida por y para el Valle, que generará puestos de empleo en el municipio -en su fase inicial serán cinco- y con la que invita al resto de sus conciudadanos a presentar planes al concurso de ideas de la beca.

Pero, ¿por qué una fábrica de cerveza? La idea partió de un rostro muy conocido entre los lacianiegos, el empresario y emprendedor Abel Díaz, propietario del restaurante ‘El Campillo’ de Sosas de Laciana y, por supuesto, Villanueva recogió el guante. De hecho, Juanjo -como todos le llamamos ya- sostiene que la comarca es una maravillosa ubicación para algo así porque “en cuanto a tradición ya nuestros antepasados fabricaban cerveza en esta zona, incluso se plantaba cebada”, comenta un ilusionado Villanueva. No hay que olvidarse tampoco de que la provincia de León es la mayor cuna del lúpulo de España y todos estos factores hacen que, al final, la cerveza que se fabrique en la comarca tenga ciertos valores añadidos porque, tal y como afirma el joven lacianiego, “las fábricas de cerveza que existen en España están ubicadas en polígonos industriales, sin embargo, aquí se situará en un entorno mágico”.

Y así es cómo se gestó el proyecto de una cerveza auténticamente lacianiega diseñada, especialmente, en honor a ellos, a los mineros.  ¿Por qué?, “porque las leyendas nunca mueren”, tal y como reza el eslogan de la etiqueta que llevará impresa cada uno de los botellines de la 12.70 (doce setenta), nombre más que apropiado porque, si echamos la vista atrás, todos sabemos que 1.270 fue el año en el que el rey Alfonso X ‘El Sabio’ otorgó la Carta Puebla a los omes buenos de Laciana. Este hecho histórico marcó el devenir del municipio al igual que la minería,  muy presente en las raíces de la comarca. Y, precisamente por ello, el logotipo de las botellas 12.70 será la imagen del maestro cervecero minero, de mirada profunda y gesto firme. “No es casual la vestimenta del maestro, ni tampoco lo es su aspecto. El personaje nos transmite la dureza de los mineros”. Y es que con este logotipo Villanueva pretende “poner en el mapa a la comarca de Laciana porque al final todo el mundo va a saber de dónde es esa cerveza, nadie va a pensar que ese caldo es de Extremadura o de Andalucía. El objetivo es que al ver al maestro cervecero ya se identifique la cerveza con su lugar de origen”, matiza el joven cuya intención es exportar el producto no solo a nivel nacional sino también fuera de las fronteras de España.

Pero la imagen corporativa -que ha sido mimada desde el minuto 1 ya que la marca ha sido diseñada por la misma empresa que en México se encarga del marketing de Coronita o Heineken– tiene algún que otro detalle de lo más creativo. Por ejemplo, en la etiqueta estará impresa la huella dactilar de ese maestro cervecero que “simula la marca que deja el minero al coger el botellín con el dedo ennegrecido por el carbón”, anuncia el joven. Además, la propia etiqueta nos cuenta una historia a través de la figura del maestro. “Es la historia escrita del lugar donde elaboramos la 12.70”, añade Juanjo. La pegatina reúne tres colores, que tampoco son casuales: rojo, en honor a la sangre derramada por los mineros fallecidos en el tajo, negro por el carbón y dorado por la calidad del producto y a la vez por un futuro brillante para la comarca.

La cerveza 12.70

La fábrica va a producir cuatro variedades de 12.70. El producto estrella, y el primero que se lanzará al mercado, será una cerveza rubia -Pale Ale– pensada para vender a nivel nacional e internacional, tal y como ha explicado Villanueva, quien matizó que “no será tan rubia como las cervezas comerciales porque el propio proceso artesanal otorga al caldo un color mucho más bonito; un color más tostado”. En cuanto al sabor, el joven reconoce que a la mayor parte de los consumidores no les agrada que las cervezas sean demasiado amargas, por eso “vamos a hacer una 12.70 muy suave, con un sabor muy agradable, mucho mejor que cualquier otra comercial, para todos los consumidores y que apetezca beber”. Y el secreto de la receta es que incorporará en sus ingredientes “algún toque local”, según ha avanzado Villanueva.

Otra de las variedades será una cerveza estilo abadía belga, con más toque herbal, confeccionada con plantas locales por lo que “el sabor va a venir dado por árboles de la zona que nacen en nuestra tierra; nacen del carbón. No hay que olvidar que vamos a fabricar cerveza en un edificio que tiene más de 100 años”, explica el empresario. El tercer tipo será una Ipa, una de las cervezas más amargas, dirigida a los verdaderos cerveceros “con mucho sabor a lúpulo y seguramente con algún toque resinoso”. También se fabricará una cerveza negra, con menor amargor y con toques de frutos secos del lugar, “que seguramente se comercialice solamente en invierno, al ser más fuerte”, avanza Villanueva.

Durante todo el año, según ha anunciado el lacianiego, estarán disponibles en los bares de la comarca -que así lo deseen -las tres primeras variedades y ya ha avanzado que aunque aún no se sabe el precio exacto al que se podrán adquirir “costarán 20 o 30 céntimos más que no van a hacer ni rico ni pobre a nadie a fin de mes pero que sí ayudarán a mantener esos puestos de trabajo en la zona”.

Y es en este punto, precisamente, en el que el joven requiere la ayuda de sus conciudadanos. Por una parte, el apoyo de los propios consumidores que “cuando vayan al bar se pidan una 12.70 en lugar de una Mahou o una Estrella Galicia porque esas grandes marcas tienen sus fábricas de producción en otros puntos de España y sin embargo esta cerveza se fabrica aquí, en Laciana”. Otro papel fundamental será el que han de ejercer los propios hosteleros de cara a tratar de vender el producto, “que ofrezcan esta cerveza, porque es de la comarca, a los vecinos del Valle y también al foráneo que visita la zona”.

La fábrica

El viejo edificio de los cuartos de aseo del grupo Lumajo será el punto en el que se ubique la fábrica. Un inmueble de 1.100 metros cuadrados y tres plantas -cada una de ellas con dos salas- que albergará, por supuesto, la propia máquina de cocción. Como dato a tener en cuenta cabe señalar que de cada proceso de cocción se obtendrán 1.000 litros de cerveza con los que se envasarán unas 3.000 botellas -cada una de ellas de 33 centilitros-. Pero no menos importante es el hecho de que la máquina funciona de forma continuada, por lo que inmediatamente después de finalizar un proceso de fabricación se inicia uno nuevo y siendo así se puede decir bien alto y claro que en Lumajo se asentará una de las fábricas más grandes de España de cerveza artesanal “pero eso será con el tiempo”, según ha matizado Villanueva. No cabe duda de que esta empresa, al menos, no tendrá problemas en cuanto al abastecimiento. Lo que sí necesitarán son suficientes fermentadores en los que poder depositar el caldo. Aún así el sótano del inmueble ya se ha reservado para la futura expansión del proyecto de cara a situar más fermentadores.

Y si del término artesanal va el asunto, la propia maquinaria que se instalará en la fábrica también lo será ya que se va a construir a mano por parte de unos emprendedores de Toledo “y esto hace que el sabor final de la 12.70 sea aún más artesanal”. Otro de los puntos fuertes de la fábrica será la reutilización de todos los residuos que se generen durante el proceso de elaboración. “El bagazo -malta que queda después de la cocción y que tiene levadura- se puede utilizar para dar de comer al ganado o para hacer miel con las abejas”, según ha adelantado Villanueva.

Otro punto más que interesante de la fábrica son las materias primas con las que se producirá el caldo. Inicialmente, la malta se adquirirá a proveedores nacionales aunque, tal y como ha manifestado el joven, “quizás en un futuro se pueda utilizar plantaciones propias”. En el caso del lúpulo, en un principio, será de León, “aunque la idea es que podamos abastecernos de esta planta nosotros mismos o incluso comprarlo a terceros que emprendan este tipo de plantación en la zona por lo que se generarían más puestos de trabajo indirectos. Obviamente la venta del producto estaría garantizada porque la fábrica lo va a consumir”, puntualiza el lacianiego.

Sin embargo el atractivo más importante de la fábrica será el uso turístico que se dará a las instalaciones.Y es aquí donde la figura del maestro cervecero minero tendrá mucho que decir porque aparte del propio proceso de elaboración de la cerveza, turistas o no turistas, podrán visitar la fábrica de la mano de este personaje que les guiará en un tour por las instalaciones. Los visitantes también podrán disfrutar, en la sala de degustación, de una 12.70 salida directamente de los fermentadores y, por tanto, mucho más sabrosa.

Pero esto no es todo ya que se habilitará una pequeña sala de cocción -de unos 50 litros- en la que los foráneos o los lacianiegos podrán fabricar su propia cerveza. “El turista que viene de vacaciones a la comarca podrá producir su propia cerveza y etiquetarla, por ejemplo, con su nombre. Esa cerveza le llegará a su casa dos semanas después en caja de 12 o 24 botellas” porque tal y como ha admitido Villanueva “la idea es que como tenemos un entorno tan maravilloso, un edificio increíble y una historia detrás no solo vamos a tratar de producir cerveza sino que también atraer turismo; que la gente que visite la comarca tenga actividades que hacer y se pueda vender Laciana como destino turístico” porque a juicio de Juan José, “no solo se vende cerveza, se vende tradición, una experiencia, y un entorno mágico, hay que aprovechar esa diferenciación que tiene el municipio en cuanto al lugar en el que estamos”. Y se refiere, precisamente, a que aquellos turistas que visiten la fábrica podrán participar en otras actividades que ya de por sí ofrece, sin ir más lejos, la pedanía de Lumajo como, por ejemplo, la ascensión al mítico Cornón.

Generación de empleo; pilar importante del proyecto

A Juan José Villanueva no le gusta hacer ‘castillos en el aire’, por eso, siempre se muestra cauto a la hora de hablar de los puestos de trabajo que generará la fábrica. Inicialmente -entre el primer año y medio de vida y los dos primeros años- serán 5 personas las que se contratarán. Se dedicarán a la labor comercial y a la propia producción de la 12.70.

Primeramente se incorporarán dos personas para el día a día de la fábrica. Una de ellas tendrá que tener conocimientos en laboratorio, tal y como ha subrayado el joven quien ya ha avanzado que las contrataciones se efectuarán, a través de la propia beca, entre los empadronados en Laciana. De esta forma, se otorgará prioridad a los mayores de 45 años procedentes de la minería o menores de 25, y también a mujeres o personas con discapacidad. Las dos personas que resulten contratadas deberán formarse durante 4 meses en Madrid y Toledo.

Y si hablamos de plazos, seguramente hasta finales de este año la fábrica no estará produciendo. “Primero la administración concursal ha de finalizar la limpieza en el grupo Lumajo y después comenzaremos con la rehabilitación del edificio y la instalación de la maquinaría”, sin embargo, Villanueva ya ha adelantado que este mismo agosto tendrá lugar el lanzamiento del producto por lo que lacianiegos y visitantes podrán degustar una 12.70. “Se hará la cerveza, con nuestra receta, en otra fábrica, es lo que se conoce como producción nómada“, añadió Villanueva.

Pero…¿y la inversión?

Hay que recordar que fue el propio Juan José Villanueva quien, de forma personal, adquirió la compra del grupo Lumajo, y también será él mismo quien costee los gastos de marketing de un proyecto que tranquilamente rondará el medio millón de euros. Aún así, tal y como ha admitido, “se han solicitado ayudas a los fondos Miner y se están buscando más vías de financiación”.

Junto a él, incansable, Abel Díaz, quien se ha hecho cargo durante las últimas semanas de todos los trámites burocráticos y necesarios para que esta fábrica sea una realidad. Además, de, por supuesto, ser el artífice del plan porque tal y como ha reconocido Villanueva “es un muy buen consejero y conocedor de la realidad de la hostelería. Hace una labor encomiable y también necesaria”. Y precisamente para agradecer su idea “un porcentaje accionaral será para él”, ha confesado el joven. El resto de beneficios, la mayor parte, se destinará a financiar los proyectos que resulten de la beca ‘Manuel Villanueva’ y también a la generación de empleo; parte fundamental de la iniciativa.

Juan Jose Villanueva cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento de Villablino “que desde el principio ha mostrado su buena disposición en colaborar en todo lo que se necesite”, señaló el joven, hasta tal punto de que ya se planea un convenio con la institución municipal “para hacer algo muy bonito en Lumajo que estará ligado a esta fábrica”.

Si aquel año 1.270 o el comienzo de la minería marcó el rumbo de la comarca, hoy, 23 de febrero de 2018 quizás comience una nueva era. No sé si mejor, lo que sí sé es que al menos Laciana tiene ahora una pequeña oportunidad de la mano de la beca ‘Manuel Villanueva’. Y esto solo acaba de empezar porque 12.70 es un claro ejemplo de los muchos proyectos que se puedan asentar en el Valle uniendo factores como las raíces de la zona, el turismo, y por supuesto, la generación de empleo. Y sobre todo es una puerta abierta que ilusiona, que al fin y al cabo, es lo que nos falta en Laciana. De momento, disfrutemos de esta rubia tan nuestra, que bien seguro va a enamorar a más de uno. ¡Brindemos!

Print Friendly, PDF & Email