Los alcaldes de los municipios afectados por el fuego que desde el pasado lunes está activo en la comarca de La Cabrera esperarán a la próxima semana para analizar las posibles ayudas que se piden a las diferentes administraciones por los daños ocasionados por este fuego, que es uno de los más importantes que ha afectado a la provincia y que, según fuentes oficiales, habría calcinado más de 8.000 hectáreas.
Pero eso tendrá que esperar unos días, porque los alcaldes reconocen que aún es pronto para pensar en este tema cuando el fuego aún permanece activo y en el máximo nivel de alerta. No quieren confianzas y saben que la climatología, en especial las posibles rachas de viento, pueden reavivar una zona en la que aún se mantienen puntos calientes. La previsión de lluvias para las próximas horas puede suponer un respiro en la zona y ayudar a controlar definitivamente el fuego.
El alcalde de Encinedo, José Manuel Moro, reconoce que la prioridad ahora mismo pasa por apagar el fuego. “Ya pensaremos en ayudas y en recuperar esto”, aunque sí se pedirá que tanto la Junta como el Gobierno puedan “poner el granito de arena” en lo que califica como “un desastre”. De hecho, hay algunas poblaciones, como es el caso de Forna, donde tan solo se aprecia sin calcinar el perímetro urbano y el resto da la sensación de “una bota en el desierto”.
El alcalde de Truchas, Francisco Simón, reconoce que habrá que “ir viendo cosas” aunque también apuesta por sofocar primeramente todo el fuego antes de pensar en peticiones concretas relacionadas con la recuperación del monte, algo en lo que ya ha hablado también con el alcalde de Encinedo.
Aunque la principal actividad de la comarca es la industria pizarrera, hay otros sectores que se estima que podrían sufrir las consecuencias de este incendio. En la zona hay algunos ganaderos que, al parecer, no se han visto afectados por las llamas, aunque habrá que ver cómo se ha visto dañado el sector apícola, ya que sí que hay colmenas en la zona. Y por lo que quizás más se teme es por el sector turístico, dado que se trata de una zona de una gran belleza natural y que ahora verá reducido el número de turistas atraídos por su encanto, ya que no querrán “ver una zona de luto”.