El mundo se ha vuelto loco

Soy consciente de que es una afirmación vulgar por lo repetida de la misma. Pero, también se puede afirmar que no ha perdido vigencia  y quizás ha cobrado más si cabe en los últimos tiempos. A los hechos me remito. Simplemente analizando la realidad de todos conocida llegaremos a las anteriores conclusiones.

 

Para cualquier persona medianamente educada el comportamiento del presidente de los Estados Unidos no deja de ser absolutamente incorrecto por no decir que es propio de una persona carente de toda educación. Se mueve en público como un elefante sin consideración hacia los demás. ¿Cómo es posible que aparte de un manotazo a un presidente de un estado para hacerse la foto? ¡Por Dios, es el presidente del país más poderoso del mundo! No necesita hacer valer esa condición mediante malas maneras porque todo el mundo lo da por hecho.

 

Ni en los tiempos más oscuros de la diplomacia internacional se recuerdan conductas tan fuera de tono. Precisamente porque la diplomacia representa el respeto y las buenas maneras hacia los demás. No creo que estos lamentables incidentes contribuyan al aprecio respecto de los estadounidenses por parte del resto del mundo.

 

Con su conducta y propuestas parece como si el presidente Trump quisiera cambiar el orden mundial despreciando a sus aliados tradicionales. Bueno, está en su derecho pero no creo que despreciar a la vieja Europa le revierta ningún beneficio a los  EEUU.

 

En todo caso, Europa, o lo que queda de ella, debe aprender de estas lecciones y tener muy presente que el amigo poderoso norteamericano ya no está dispuesto a sacarnos las castañas del fuego ni una vez más. Nuestros intereses pasan por una Unión Europea más fuerte y con ganas de protagonizar la política internacional. Las otras opciones podrían concluir con más de 300 años de progreso en libertades y en calidad de vida.

 

Por su parte los rusos siguen a lo suyo que es una dictadura disfrazada de apariencia democrática, donde el poder lo alternan dos amigos al menos sospechosos de no respetar los derechos humanos. En todo caso, entre esta dictadura y la que determinados milenaristas financieros quieren imponernos en Occidente no hay diferencia en cuanto al resultado.

 

Por si esto no fuera suficiente, en casa estamos todavía con el tema de la separación de Cataluña. Es decir, a estos de la boina nacionalista les ha entrado en el cuerpo el romanticismo medieval y quieren construir feudos aunque un poco más grandes. En conclusión quieren retrotraernos  a la peste de la división, enfrentamiento y pobreza. ¡Qué lástima de una Juana de Arco o un Cid que les recordara a estos lo que costó construir Francia y España!

 

Ahora como todo es virtual puede parecer que la miseria moral y material también lo son. Y no, ambas miserias son muy reales, basta con escuchar a los divisores para evaluar su catadura moral, y basta ver las noticias parar comprobar que estas leyendas de neopueblos, neorazas y neoestados no traen más que odio y guerra con la consiguiente miseria y penuria.

 

Esto no va a mejor. No todo el mundo está preparado para sumir altas responsabilidades. No me refiero a un nivel de estudios, que no muchos tienen, si no a un coeficiente de inteligencia normal. Qué menos que exigir a alguien que quiere dirigir una comunidad autónoma un coeficiente al menos similar al resto de los ciudadanos.

 

Por eso concluyo que el mundo está cada vez más loco. Tontos gobernando, inteligentes al margen de la causa pública porque está desacreditada, y entre todos haciendo las cosas cada vez peor. La Historia no para de repetirse y supongo que será un ciclo que concluye. Pero hombre, al menos podemos exigir un poco de educación.

 

 

 

 

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