Muere el pintor y escultor de origen leonés Eduardo Arroyo, un referente del arte español

Patricia Castro / Ical El pintor Eduardo Arroyo ha muerto hoy en Madrid a los 81 años, según han confirmado fuentes familiares. El artista ha fallecido en su vivienda, rodeado de sus allegados después de una larga enfermedad. Según estas mismas fuentes, sus restos se trasladarán al tanatorio madrileño de la M-30.

En el transcurso de su dilatada trayectoria, ha recibido un buen número de distinciones, entre las que se puede destacar el Premio Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, en 1982, o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en el 2000. También fue nombrado en 1983 Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia.

Nacido en Madrid en 1937, se educó en la capital española durante la posguerra y vivió el exilio en Francia durante la dictadura franquista hasta que decide regresar a España en 1976, con la llegada de la democracia, lo que significó que su obra solo pudo ser vista con normalidad en España a partir de 1980. Actualmente, sus obras están en los más importantes museos de arte moderno.

Durante el exilio, además de dedicarse al periodismo, comenzó su actividad como pintor. En París conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un papel importante dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa. Como pintor expuso regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América.

Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura. Años después, al ser nombrado comisario de la Bienal de Valencia, fue detenido en esta ciudad y reclamado por el Tribunal de Orden Público. Ya en democracia, en España realizó diversas muestras, como la antológica de 1982 en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Nunca abandonó su vocación literaria y como escritor publicó en 1974 ‘Treinta y cinco años después’, denuncia contra el régimen franquista. En 1986 estrenó en Múnich su primer drama, ‘Bantam’. Entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre del 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos 50 años de su vida. Sin alejarse de Francia, en junio de 2017 el artista figurativo mostró parte de su obra, un repaso de medio siglo dedicado a la pintura y la escultura.

Su vínculo con la comarca de Laciana

Aunque nació en Madrid, ciudad donde también residía, Arroyo nunca se olvidó de sus orígenes. En Robles de Laciana conservaba una casona, que fundó su bisabuela, y que en los meses de julio y durante diecisiete años, abría sus puertas al mundo de la cultura con esos queridos festivales de música organizados en el jardín de la vivienda y de los que el pintor era anfitrión. Allí se dieron cita famosos de renombre como  Cristóbal Halffter, Eduardo Úrculo, Ana Belén y Víctor Manuel, Máximo Pradera, Jesús Ruiz Mantilla o Lola Greco.

Ni que decir tiene la colaboración que siempre tuvo el artista en la organización de los cursos de verano promovidos por la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad de León, la Fundación Sierra Pambley y el Ayuntamiento de Villablino.

Será precisamente en Robles donde está previsto que reposen sus restos, procedentes del tanatorio madrileño de la M-30. Porque para el pintor, Laciana “es el regreso al paraíso perdido y el único lugar de referencia. Estoy decepcionado y soy pesimista sobre su futuro, que pasa por una reordenación del Valle. No llega ninguna iniciativa. Es un lugar dejado de la mano de Dios” manifestó en una entrevista concedida a Ical en 2005 sobre la tierra por la que mostraba auténtica pasión

Condolencias

El rey Felipe VI se ha referido al pintor Eduardo Arroyo como uno de los insignes de la pintura española: “España pierde hoy a uno de sus insignes de nuestra pintura. Pero la obra de Eduardo Arroyo seguirá presente en los museos de todo el mundo, con nosotros y para nuestras futuras generaciones”, ha señalado un tuit de la cuenta oficial de la Casa del Rey.

También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido hoy al fallecido Eduardo Arroyo como un “icono del arte español del último siglo”, al tiempo que ha expresado su cariño a su familia y amigos y ha destacado que “los artistas nunca mueren” porque su “obra siempre perdura”.