Tomás Álvarez, promotor de la Asociación Cultural Rey Ordoño I, Amigos de La Cepeda, de Versos a Oliegos y del Día de las Letras Cepedanas, ha querido dedicarle unas últimas palabras a un hombre que hasta su muerte fue un trabajador nato y un pilar muy importante en Asociación Cultural Rey Ordoño I:
“Amante de la tierra que le vio nacer, con un carácter crítico e independiente, siempre interesado en el mundo de la cultura y las tradiciones, Amando Álvarez Cabeza ha sido un personaje importante para la vida de la Cepeda. Ahora nos ha dejado, a los 93 años de edad.
Amando nació en Sueros en 1927 y tuvo una infancia muy vinculada al trabajo, por ser primogénito de una familia numerosa.
Estudió sus primeras letras en Sueros y también estuvo algún tiempo en la Fundación Sierra Pambley, pero la circunstancia de ser el mayor de ocho hermanos le obligó a dedicarse por entero, desde los doce años, a la labranza.
Merced al esfuerzo familiar y a su obsesión por aprender, pudo reiniciar estudios a los 18 años e hizo el bachiller en Astorga. Tras la mili, donde fue cabo primero de Transmisiones, en Zaragoza, retornó a casa y trabajó de jornalero hasta se fue a Madrid, donde obtuvo el título oficial de Radiotelegrafista en la Escuela de Telecomunicación. Asistió también a cursos de Capacitación Social, que le dieron una mayor formación cultural.
Por su conocimiento como radiotelegrafista se enroló en la marina mercante navegando por los océanos en un buque de carga general. Dejó la marina después de un naufragio en el Golfo Pérsico, donde quedó como único ocupante de un petrolero.
Casado y residente en Gijón, Amando mantuvo lazos con sus paisanos y familiares leoneses, especialmente en Vega de Magaz y Sueros. Muy interesado en la lengua y las tradiciones autóctonas, apoyó las primeras jornadas culturales cepedanas, y otras iniciativas culturales.
Escribió un “Vocabulario de La Cepeda”, otro libro titulado “Del Castellano al cepedano” y mantuvo colaboraciones periodísticas en diversos medios de comunicación. Escribió, asimismo, en libros de la Asociación Cultural Rey Ordoño, como de “La Cepeda y su dialecto” y “Rutas de la Cepeda”. Colaboró habitualmente también en Versos a Oliegos.
En los tiempos en que nació la Asociación Cultural Rey Ordoño I tuve el gusto de viajar con él a diversos puntos de la comarca y conversar sobre la realidad cepedana. El siempre apoyó nuestra filosofía de actuación, situando a la cultura de la comarca por encima de cualquier tipo de localismos y personalismos. Fruto de ello fue su colaboración en distintas publicaciones de la Asociación, mientras estuvo activo.
La noticia, conocida a través de un amigo común, Ricardo Magaz, es de las que causan dolor y a la vez reavivan buenos recuerdos, porque Amando, con su ironía, su “retranca”, era un personaje audaz y autodidacta, admirable por su amor a la tierra que le vio nacer.
La Cepeda le debe sincera gratitud por su esfuerzo y cariño. Descanse en paz”.