Violeta R. Oria
León.- Monteserrat Triana Martínez, la hija y supuesta colaboradora de la presunta asesina de Isabel Carrasco, Montserrat González, había recibido hace unos días la notificación para devolver la indemnización de su despido. Según han explicado conocidos de la mujer, de 35 años, a este periódico, Triana, como la gustaba que la llamaran, había ganado un primer juicio contra la Diputación y había conseguido que los juzgados calificaran su despido de improcedente, lo que le valió una indemnización económica. No obstante, la Diputación recurrió la sentencia y finalmente consiguió que el despido se clasificase de procedente, por lo que la mujer fue notificada para la devolución, cuya cuantía no se conoce con certeza, si bien los rumores apuntan a los 60.000 euros.
Triana había entrado a trabajar en la Diputación, en el SAM (Servicio de Atención a Municipios) en 2007, el primer año de la primera legislatura de Isabel Carrasco como presidenta de la Diputación. Era ingeniera de telecomunicaciones y aún no había cumplido los 30 años. Se había presentado en la lista del PP de Astorga a las elecciones municipales, como número siete. No salió pero estaba respaldada por personas influyentes del partido en esta localidad, donde vivía hacia años con sus padres, procedentes de las vecinas localidades de Carrizo y de Santa Marina del Rey, esta última donde Triana también había nacido si bien se había trasladado a Astorga debido al trabajo de su padre, Comisario de Policía.
En el SAM se ocupaba de que los pueblos de la provincia de León, muy extensa y con comarcas en zonas muy accidentadas como la montaña oriental, los Picos de Europa o los Ancares Leoneses, tuvieran teléfono, internet, televisión… “Triana, que no vemos la tele en el pueblo”. “Triana, que el teléfono móvil no tiene apenas cobertura”… los alcaldes y técnicos de municipios rurales estaban encantados con ella. “Era una chica muy maja, educada, amable…”, no me lo puedo explicar, nos cuenta uno de ellos. Pero la relación de cariño de la presidenta hacia Triana, con cuyos padres se llevaba muy bien, se rompió. Algunos dicen que fue porque la joven estaba respaldada por los vicepresidentes de entonces, finalmente defenestrados por Carrasco, pero nadie sabe muy bien el por qué. El caso es que la distancia entre Triana e Isabel Carrasco comenzó a ser patente para “los de la casa”.
Finalmente, como ya ha informado este periódico, la presidenta decidió sacar su plaza, de interina, a concurso. El ganador de la oposición, de Valladolid, tomo posesión de ella y la joven fue despedida. Al poco tiempo, este hombre pidió la excendencia, lo que renovó las esperanzas de Triana de volver a la Diputación. Pero no fue así. A partir de entonces, la relación de Isabel Carrasco con la familia se rompió por completo. Montserrat Triana comenzó a sufrir las consecuencias de todo este proceso: desempleada, con un loft de lujo en la calle Cruz Roja, en una de las mejores zonas de León, que no había acabado de pagar, inmersa en litigios y, finalmente, notificada para devolver su indemnización de despido. Se comenta en el Palacio de los Guzmanes que la madre de Triana habría incluso increpado a Isabel Carrasco haciéndola responsable de la situación de su hija… pero esto son solo rumores. Otras fuentes apuntan a que Triana tenía un trabajo esperándole en Alemania, donde ya había estado antes de ser empleada en la Diputación y de donde se trajo el mercedes deportivo con el que fue detenida -es una apasionada de los coches deportivos-… Lo que pasa por la cabeza de estas dos mujeres, “increiblemente frías”, que insisten en su inocencia, “en que solo estaban dando un paseo” y que “no se derrumban”, según la policía, solo lo saben a ciencia cierta ellas.