Creo recordar que en mi infancia cuando alguien cogía un libro y en vez de leer se podía a ver las imágenes se solía decir aquello de que “estás mirando los santos”. Esto se aplicaba a cualquier clase de libro y la explicación más razonable que se me ocurre es que durante siglos los libros que el ciudadano corriente tenía más al alcance de su mano, eran libros de temática religiosa en los que en efecto y lógicamente las imágenes más abundantes eran las de santos y santas. Eran imágenes semejantes a esta que adjunto tomada de la Red (APK Pure. Estampas de Santos Católicos).
Este es sólo un ejemplo más de como la religión (Cristina en este caso) ha impregnado la vida de nuestra sociedad durante siglos. Digo ha impregnado porque actualmente ya no es así o en cualquier caso la presencia de la religión cristiana en la vida cotidiana ha disminuido sensiblemente. Como soy aficionado a la historia desde hace muchas décadas, he tenido ocasión de leer muchos testamentos redactados siglos atrás, (el último uno del año 1815) y resulta curioso ver la preocupación de las personas por la vida que supuestamente nos espera tras la muerte. ¿Hasta que punto creían en lo que decían?. No lo se. En cualquier caso y desde el prisma de la fe eso de dejar fincas y bienes de este Mundo para invertirlos en oraciones que teóricamente habrían de servir en la vida que supuestamente nos espera tras la muerte parece una opción lógica y correcta.
No obstante y siempre en base a lo que mis conocimientos de Historia me aportan entiendo que a finales del siglo XVIII, ya se empezó a cuestionar abiertamente en España la utilidad de invertir bienes de este mundo en la supuesta Vida Eterna. Aunque en los inicios del siglo XIX la religiosidad seguía siendo muy acusada ya la presencia de la religión en la vida cotidiana empezaba a decaer. El siglo XIX fue una época de grandes cambios en España que se saldaron con un notorio alejamiento de la sociedad de las prácticas religiosas. En las primeras décadas del siglo XX (II República) la ausencia de la religión en la vida cotidiana se acentuó aún mas.
Mientras Franco gobernó España, se intentó contrarrestar el anticlericalismo de etapas anteriores y entonces se pudo contemplar un intento de volver a tiempos muy pasados introduciendo de nuevo la religión en la vida cotidiana; pero no siempre es fácil retornar a tiempos pasados. La sociedad está en continua evolución y tras la desaparición de Franco y sus gobiernos de nuevo nos hallamos en una etapa de claro alejamiento de la religión. En otras culturas sin embrago me da la impresión de que siguen aferrados a sus creencias como en España en el siglo XVIII.
Yo entiendo que eso de creer o no creer en una vida tras la muerte es asunto y decisión personal de cada cual; pero es evidente que nuestra cultura (fiestas patronales de nuestros pueblos por ejemplo) aún sigue mostrando unas claras influencias de la religión y no creo que por ello debamos renunciar por ejemplo a nuestras costumbres, ni a nuestra cultura. Es este el argumento (respeto a su cultura) que utilizan los que dicen que hay que ser respetuosos con las costumbres que provienen de otras creencias religiosas, algunas por cierto mucho más fanáticas que la nuestra actualmente. Me refiero a esas que aún parecen estar en el siglo XVIII. No es preciso siquiera citarlas.
Es evidente que hay que ser respetuoso con esas culturas aún ancladas en el siglo XVIII en la vivencia de la religión; pero con mas motivo o al menos igual con quienes en nuestra cultura quieren seguir realizando determinadas practicas religiosas, que en la inmensa mayoría de los casos es por tradición o por costumbre. En este sentido estoy en total desacuerdo con quienes se ríen, insultan o provocan a los que quieren seguir con sus practicas religiosas cristianas que al fin y al cabo forman parte de nuestra cultura. El argumento de la “libertad de expresión” también ha de tener sus límites.
Además se da la circunstancia de que a menudo quienes muestran escaso respeto por la religión cristiana si practican una veneración y acusado respeto por otras creencias que hoy por hoy son mas fanáticas, que la religión Cristiana tal y como se vive en España. Quizá actúan así porque saben que nuestras leyes son permisivas y tolerantes y también que La Iglesia no persigue a los no creyentes como si hacía hace siglos. Quienes practican religiones que son muchos mas fanáticas que la nuestra si entienden que su religión es atacada reaccionan con virulencia, con independencia de lo que diga la ley. En definitiva que al actuar así se está transmitiendo el mensaje de que para que las creencias e incluso la cultura de una sociedad sea respeta hay que defenderla con agresividad y este no es un buen mensaje.
Madrid 10 de junio de 2018
Rogelio Meléndez Tercero