Miguel Ángel Cordero se jubila tras más de 20 años al frente de La Comunal

Recibió un merecido homenaje de un pequeño grupo de familiares y vecinos del municipio, que le otorgaron un caluroso aplauso e hicieron entrega de un ramo de flores

El pasado 27 de diciembre, fue la última jornada de trabajo de Miguel Ángel Cordero al frente de la dirección de los Museos Textiles del Val de San Lorenzo.

El 13 de junio (festividad de San Antonio de Padua) del año 1999, después de superar con notable éxito un concurso- oposición, accedía a la por entonces plaza de director del Batán Museo, donde comenzaría a realizar una labor encomiable en pro de las artesanías y la cultura del Val de San Lorenzo. La primera misión en el ámbito cultural fue la de sacar a la luz la reedición de la biografía de José Cordero, introductor de la fabricación de cobertores en Val de San Lorenzo.

Siguió esta labor con el diseño de carpetas didácticas y amenas para las frecuentes visitas de escolareas que acudían al Batán. Paralelamente comienzan los primeros actos culturales. Primero homenajeando a personas queridas del pueblo, como Dionisio Cordero Geijo y José Ramón Cordero de la Cruz, colaboradores incesables del exitoso torneo de Bolos Maragatos celebrado durante las fiestas de la Virgen de la Carballeda. Después, dando el salto a las famosas conferencias en los primeros estíos del presente siglo, confeccionando el conocido programa Verano Azul o Noches Culturales. Aquí, acudieron entendidos en diferentes campos, generalmente en la tradición y la historia. Pueden destacarse algunos como Carlos Piñel, Luís Fernando Maestro, Manuel Tello, Goya Cavero, David Álvarez, José Manuel Sutil, el magistrado Santiago Torres y un largo etcétera. Todo por la amistad que le unía a ellos, ya que es de ley decir que en sus 22 años de trabajo jamás percibió ninguna aportación económica para estos actos.

En el año 2006 pasa a ser el director del CIT La Comunal, con grandes proyectos. En esta etapa cuenta con la colaboración de Concha Casado y juntos descubren y publican las fotografías de los cursos de verano de la Escuela de Cerámica de la Moncloa, realizadas en 1926, el documento etnográfico y de mayor calidad que tiene el Val de San Lorenzo. Todo se inicia con una primera publicación, gracias a un convenio que trata personalmente con el Ayuntamiento de Madrid y su alcaldesa en aquel entonces, Ana Botella. Saliendo a la luz Un Carro Chillón y algo Más volumen uno, así como una exposición permanente de alguna de estas fotografías en las instalaciones de La Comunal.

A finales de la primera década de los años dos mil saca adelante las publicaciones conocidas como Acuarelas I y II, donde se recogen parte de los trabajos realizados por esa escuela el verano de 1926.

En el año 2013, con un panorama nacional bastante malo, debido a la crisis económica que sufría el país, logra la edición de un segundo volumen del Carro Chillón, lo que se debe al apego y simpatía que le une a la Fundación Conrado Blanco de La Bañeza y, en aquél entonces muy especialmente a su presidente, quien da el visto bueno para la financiación del trabajo.

No se puede dejar de citar a lo que, fuera de su jornada laboral, más horas de trabajo y desvelos ha dedicado: La Feria de Artesanía. Ideólogo y encargado de toda su ejecución, ha velado en todo momento porque fuese una feria de artesanía y no un mercadillo, como tantas veces nos repitió. Meta que consiguió con un éxito que todos podemos palpar, dada la calidad de sus participantes. Prueba es de todo ello que este 2022 ha llegado a su vigésimo primera edición.

Siempre ha tenido muy presente a los niños, esas nuevas generaciones que no han de olvidar de donde vienen, y por ellos propone la creación de la Feria Artesanal Infantil, donde los pequeños tienen un contacto directo con las artesanías. De aquí sale un nuevo arquetipo: logra la publicación del comic infantil Historia de Una Manta, gracioso ejemplar donde el hilo conductor es una oveja que va explicando todo el proceso de preparación de un cobertor.

En cuanto a lo que sería su único cometido, las visitas a los museos, solo hemos de leer las reseñas que la gente deja en el buscador Google o en los libros de firmas del propio museo para ver que su profesionalidad y su forma amena y cercana de transmitir todo el desarrollo textil son intachables.

Durante varios años ha sido un gran embajador del Val de San Lorenzo, ya que recorría diversas capitales de provincia españolas para impartir en sedes destacadas como Centros Regionales, ayuntamientos, salones de cultura… la conferencia titulada El Val de San Lorenzo y los Textiles, citando y mostrando también imágenes de los otros dos pueblos que forman el municipio, Val de San Román y Lagunas de Somoza, haciendo especial hincapié a este último y a la preparación artesana de carbón vegetal por sus moradores. Esta función se vio paralizada por la pandemia, teniendo pendiente impartirla en la Fundación Sierra Pambley de León o en el Circulo Gastronómico de Bilbao.

Ya en su última etapa se mete de lleno en un apasionante proyecto, de la mano de sus amigos José Ramón Ortiz, director del Museo Etnográfico Provincial y de Concha Casado, etnógrafa, ambos ya de feliz memoria. Se trata del estudio del paso del pintor Joaquín Sorolla por Astorga y el Val de San Lorenzo. Sobre este prometedor trabajo garantiza que va a continuar trabajando sobre él, aun estando jubilado, lo que nos indica que habiendo finalizado su actividad profesional seguirá dejando un importante legado al pueblo del Val.

Otra loable tarea fue la disposición que tenía con cualquier investigador o aficionado que se acercara por el museo a pedir información, poniendo a su disposición toda la documentación que fuera necesaria. Cito al historiador y antropólogo Pablo Alonso, que editó varias publicaciones y estudios sobre la industria textil del Val de San Lorenzo gracias a la mano tendida y la guía generosa de Miguel Ángel Cordero.

Nos deja una trayectoria larga y fecunda, a la fuerza, mucha información valiosa en el tintero, pero quiero terminar estas líneas destacando que un pequeño grupo de familiares y vecinos del municipio quiso esperarlo el anterior día 27 a las seis y media de la tarde, hora de cierre del museo, frente a las puertas del mismo, para loarle con un caluroso aplauso y hacerle entrega de un ramo de flores, cortesía y recuerdo de todos los presentes.

A continuación se pasó al interior del recinto municipal, donde la ingeniera y pianista María del Mar Cuesta dirigió unas palabras al homenajeado, por los años que ha dedicado al pueblo y sus gentes. Varios asistentes contaron anécdotas y brindaron sus agradecimientos. Hacia el final del sencillo pero emotivo acto toma la palabra el homenajeado, agradeciendo el apoyo que muchos de los presentes le han trasmitido durante su andadura profesional. Y terminó con palabras de humildad, agradeciendo a los presentes que la organización y asistencia fuese algo no anunciado.

Después de veintidós años al frente del CIT La Comunal y el Batán, los museos cierran un capítulo importante. Tras una larga andadura y años duros de trabajo, Miguel Ángel Cordero llega a su merecido disfrute y descanso.

Javier García

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