El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ofreció un desayuno informativo este lunes con los medios de comunicación, aprovechando la celebración el pasado domingo de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, El obispo trasladó el mensaje del Papa Francisco para la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales para que “la comunicación y la misericordia sean un encuentro fecundo para la sociedad”.
Menéndez hizo un llamamiento a la responsabilidad de los medios de comunicación para contribuir al bien común mostrando “misericordia, cariño y perdón” porque “una sociedad rígida y puritana, que no tiene en sus criterios el perdón y la misericordia deshace y machaca como lo hace una sociedad laxa”.
Con estas palabras animó a los comunicadores a ser “puentes para establecer relaciones con la sociedad para que vaya creciendo en solidaridad y justicia”, no sólo transmitiendo mensajes sino también escuchando.
El rector del Seminario Mayor, Enrique Martínez, y la delegada de medios de comunicación del Obispado, María Ángeles Sevillano, recibieron junto al obispo a los medios de comunicación en el Seminario de la Ciudad y “para guardar una buena relación” con los mismos, Menéndez se comprometió a repetir este desayuno informativo cada año.
El obispo también aprovechó para hacer balance de este primer mes al frente de la Diócesis de Astorga asegurando que ha sido “muy positivo”. Menéndez explicó que tenía miedo al día que tuviera que salir de Asturias pero “al llegar Astorga la sensación que tengo es que encontré hermanos, sacerdotes y colaboradores a los que agradezco esa acogida y fraternidad”. Menéndez anunció que intentará devolver el cariño recibido por los feligreses.
El prelado también mostró su preocupación por la falta de sacerdotes en la Diócesis de Astorga, que cuenta con 970 parroquias eclesiásticas y unos 1.100 pueblos atendidos por 140 sacerdotes en activo -de un total de 270-.
Así, uno de sus primeros cometidos será realizar un estudio sociológico para ver la tendencia poblacional de los próximos diez años y ver que número mínimo de sacerdotes se necesitan para atender de una manera óptima a todas las comunidades. Aún así, estima que “hay un cierto futuro” con los siete seminaristas que actualmente están en el Seminario Mayor y 13 en el Seminario Menor.
“Estos seminaristas vendrán a paliar estos siete años sin haber ordenado a nadie hasta el año pasado”, puntualizó Menéndez, que destaca que “es una pérdida muy grande para la diócesis” que no haya sacerdote de entre 25 y 35 años, elevando la media de edad de los curas pertenecientes al Obispado de Astorga a los 70 años. “Y tenemos que hacer un agradecimiento a esos sacerdotes mayores que pudiendo estar jubilados, siguen al servicio de Dios”, recalcó.
En esta línea, explicó que las numerosas parroquias tienen una distribución anacrónica en unas poblaciones que han visto reducida su población. Así, la idea es suprimir parroquias y reunir a varias que sean consideradas como una sola parroquia, bajo la dirección de uno o dos párrocos y con el apoyo de religiosos y seglares. “La iglesia católica no se entiende sin sacerdotes, sin sacerdotes no hay iglesia católica”, insistió el mitrado, que confiesa que le gustaría “que todos los domingos se abrieran las iglesias, aunque sólo fuera para rezar un Padrenuestro, y la gente acuda al lugar donde se celebra la Eucaristía, que nadie se quede sin comulgar”.
Otras preocupaciones, paro y patrimonio
Menéndez mostró su preocupación también por la despoblación y el envejecimiento de la población, a lo que une el problema del paro y de los niños sin recursos. “Me preocupa el paro ya esta es una zona con poca industrialización, excepto la del Bierzo, aunque ahora está también mal por la situación en la que están las minas”. Al prelado le preocupa la desbandada de jóvenes que “finalizan sus estudios de bachillera y se van a la universidad fuera para ya no volver”, explicó el obispo, para quien es triste que se pierda esta diócesis “privilegiada” con “grandes cerebros” a nivel eclesial, social, político y económico.
El máximo responsable de la Diócesis de Astorga también recordó cifras cómo que en España 38.000 niños no tienen hogar cuando en 2001 eran 1.500. Para Menéndez este es un problema del que “no es consciente la sociedad y en el que la Iglesia hace una gran labor asistencial”.
Por último, Menéndez resaltó que es a la vez “una alegría y una preocupación todo el patrimonio que tiene esta diócesis y cómo poder mantenerlo”. Para no perderlo propone hacer un “fondo de solidaridad” de las parroquias para el sostenimiento de los templos parroquiales y sus obras de arte.