In Memoriam. Martín Martínez

Hace ya unas jornadas, un astorgano, uno de nuestros vecinos y conciudadanos, Martín Martínez, partía en pos del último viaje que todos los humanos, inexorablemente, emprendemos cuando la Parca corta el hilo de nuestra Vida.

Se suele decir que en España sólo se elogia a los fallecidos cuando ya no están (y, a veces, los más encendidos laureles suelen provenir de personas que en vida zahirieron especialmente al finado). Afortunadamente no es el caso de Martín Martínez, que en vida gozó del respeto y admiración de sus conciudadanos por sus largos y fructíferos días de trabajo y amor por los suyos y por Astorga, Ciudad a la que quiso como se ama a una persona. Amor que, en este caso, fue correspondido a lo largo de los 74 años que con Astorga paseó.

Merced a sus méritos y a su vida, a sus crónicas y escritos, a sus alocuciones y consejos, a sus conversaciones y tertulias, Martín se convirtió en un referente (pleno de sapiencia y compromiso con su idea de lo que debía de ser Astorga), en una autoridad en el campo de la Cultura y el Patrimonio de la Ciudad.

Siempre estuvo dispuesto, él y su familia, a abrir su casa, su biblioteca y su amplio conocimiento a cualquier persona que advirtieran que, como ellos, compartía la sed de conocimiento y amor por Astorga. Virtud generosa y desprendida que no es común entre los sabios, generalmente celosos de los méritos materiales de este mundo.

Con sus ideas y su honesta independencia, tampoco ahorró la crítica a la clase política, a derecha, izquierda y centro, siempre firme, y siempre educada y constructiva, cuando lo creyó necesario.

En muchas ocasiones le pedimos opinión y consejo sobre muchos de los temas que él conocía y dominaba, tras haber logrado recibir de sus conciudadanos la Autoritas que el magisterio del estudio, del conocimiento y de los años de trabajo, proporciona.

Todas las vidas son irremplazables, pero, en ocasiones, las de aquellas personas que ponen sus años y trabajos al servicio de un ideal mayor como fue, en su caso, el interés general de la Ciudad en la que vivió y murió, esas vidas se hacen casi insustituibles, y es necesario dejar pasar el tiempo para darnos cuenta del alcance real de nuestra pérdida.

Pero la Vida prosigue y con ella y los años también Astorga. De su Historia ya ha pasado a formar parte Martín Martínez, persona que ha contribuido a seguir haciendo grande el concepto y nombre de Ciudadano.

Martín, que Dios te acoja en su Gloria, junto a tantos astorganos a los que admiraste, estudiaste y sacaste del olvido, en el Parnaso del que ya has empezado a formar parte, Ciudadano Benemérito de Astorga.

Así Sea, para los que creemos que no todo acaba con la partida de la luz cotidiana de nuestros días.

Grupo Popular de Concejales del Ayuntamiento de Astorga