Un total de 23.847 viviendas de Castilla y León se alquilan ‘en negro’, es decir, no se declaran las rentas generadas a la Agencia Tributaria. Se trata del 23,1 por ciento total del parque de casas con inquilinos de la Comunidad, lo que supone casi la mitad que en el conjunto del país, donde representan el 41,4 por ciento. En total, las rentas que se ocultan ascienden en la autonomía a 62,5 millones, según los datos difundidos hoy por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
En ese sentido, un informe de esta organización señala que algo más de un millón de viviendas alquiladas se escapan al control del fisco en España. Además, existen otras 367.059 viviendas que se ceden de forma gratuita o a bajo precio, normalmente a familiares, las cuales en general no producen fraude porque el propietario aplica en el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) un porcentaje del valor catastral como renta imputada.
Por ello, la Agencia Tributaria (AEAT) ha puesto el foco en los alquileres en negro en la Campaña de la Renta de este año, en la que ha incluido un mensaje informativo a través del sistema Renta Web para los contribuyentes que tienen anunciados pisos en varios medios, sobre todo a través de Internet. Sin embargo, el arrendamiento sumergido ha disminuido 12,6 puntos porcentuales desde 2007, año en el que los alquileres fraudulentos alcanzaban el 54,03 por ciento.
Por comunidades, Murcia, Canarias y Andalucía son las tres autonomías con mayor porcentaje de alquileres sumergidos, con un 61,1, 55,6 y 55,4 por ciento, respectivamente. Precisamente, estas tres autonomías son de las que más turistas reciben, lo que incrementa las cifras, ya que para Gestha buena parte de los alquileres vacacionales tampoco suelen declararse.
No obstante, la ciudad autónoma de Melilla es la que ostenta la tasa más elevada, con el 61,6 por ciento de los alquileres fuera del control de Hacienda. En el lado opuesto se sitúan Galicia, Castilla y León y Aragón, que registran las tasas de arrendamientos ‘en negro’ más bajas de España, con un 25, 23,1 y 21,2 por ciento, respectivamente.
Alquileres ocultos
El afloramiento de los alquileres sumergidos es fruto de la conjunción de varias acciones, según Gestha. En primer lugar, el cruce de información de las deducciones estatal y autonómica de arrendamiento de vivienda habitual. En segundo lugar, la reducción en el IRPF del 60 por ciento del rendimiento neto del alquiler declarado, que hasta la reforma fiscal de 2015 llegaba al 100 por 100 si el inquilino tenía entre 18 y 30 años y unos rendimientos netos superiores al indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM) que en 2013 era de 7.455,14 euros. Estas reducciones no se aplican si los arrendamientos no estaban declarados y son descubiertos por Hacienda.
En tercer lugar, la campaña de comprobaciones realizadas por la Agencia Tributaria desde hace tres años en aquellas viviendas con altos consumos eléctricos cuyos propietarios declaran estar desocupadas, pues desde el año 2010 dispone de la información del consumo de electricidad de los hogares. Mucho menor impacto tienen las visitas de la Agencia Tributaria destinadas a detectar alquileres opacos, que alcanzaron únicamente a 5.469 viviendas en 2015.