Marcha blanca: la crisis láctea condiciona la jubilación

Ganaderos cercanos a la jubilación temen un oscuro futuro ante la nula posibilidad de vender cabezas de ganado, debido a la incertidumbre de precios en el sector
Cuarta jornada de la ‘Marcha blanca’ (Miriam Chacón / ICAL)

Ical De nuevo una recta interminable que acaba en una dichosa curva. La conoce casi todo el mundo en Castilla y León porque circunda el aeropuerto de Villanubla, sobre todo los que habitualmente utilizaban la N-601 procedentes de León y que ahora buscan la comodidad del tramo de autovía. Es precisamente lo que han pretendido los ganaderos de la ‘Marcha blanca’, evitar un rodeo para buscar una solución a la situación de crisis de precios en el sector lácteo, acusada principalmente desde el 1 de abril con la eliminación de las cuotas.

Pero ese rodeo, como la dichosa curva, ha sido necesario ante la falta de negociación con la industria. Por ello, prosiguen con su camino a buen ritmo para llegar mañana a Valladolid y el 4 de septiembre a Madrid y convencer a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, de que es necesaria su implicación para salvar al vacuno de leche. Esa es la pretensión del ganadero palentino José Luis de la Cruz, que junto a su esposa se ha animado a realizar esta cuarta etapa. A sus 63 años y con la jubilación a la vuelta de la esquina, teme el futuro. “Las vacas antes valían dinero si querías venderlas, pero cuando yo me jubile, ¿qué hago con ellas si con esta situación nadie las quiere?”, se cuestiona, ante un vaticinio que no es el más positivo para sus 130 cabezas de vacuno de leche. Si el futuro no es agorero, incluso se verá obligado a continuar algún año más hasta conseguir un valor para sus animales.

En su cuarta etapa, la caminata partió de La Mudarra para acabar en la Plaza Mayor de Villanubla (17 kilómetros), donde fue recibida por el alcalde, Félix Velasco. Tras dejar atrás Tierra de Campos en jornadas masivas, hoy los ganaderos se tomaron un pequeño respiro con algo más de 60 participantes que se adentraron en los Montes Torozos para concluir en la villa del alfoz de la capital vallisoletana. Entrarán mañana en la ciudad sobre las 12.30 horas para movilizarse ante las puertas de la Consejería de Agricultura y Ganadería, donde serán recibidos por su titular, Milagros Marcos, y por el regidor, Óscar Puente, que ya ha confirmado a los ganaderos que allí estará.

De la cruz percibe la leche a 0,27 euros por litro y denuncia las prácticas de la industria que son las que “han hundido los precios”. “Ellos se unen para esto. Te obligan a bajar el precio y si no coge la leche una, lo hace la otra. Si lo quieres bien, y si no, ahí te la dejan”, reprocha con vara en mano durante un pequeño receso en el camino.

No se pueden quejar los andarines de esta primera semana. No se ha registrado calor en exceso y el tiempo acompaña, con un soplo de aire fresco, literal, que aunque les entra de costado les refresca camino de su meta, dejando a un lado los cientos de molinos de viento que mueven sus aspas al ritmo de la marcha blanca, pareciendo aplaudir su iniciativa.

Verdaderos valientes

La reivindicación del ganadero es cada día más conocida a medida que avanza la marcha. También entre los vecinos de las localidades en los que arranca y finaliza cada jornada y los pueblos que atraviesa. Pero poca gente acudió a despedirlos hoy en La Mudarra, donde incluso los propios habitantes que allí estaban se quejaron del poco apoyo expresado por su villa, quizá por su escasa tradición ganadera, con ninguna explotación de vacuno de leche y sólo dos de ovino. “En otros sitios se ha visto que les animaban, pero otros no, como éste. Son verdaderos valientes y no unos cobardes, como los que se quedan en casa”, comenta en la salida Emilia, de familia de agricultores y visiblemente emocionado al recordar los inicios laborales en el sector.

“Es más fácil que otros lo solucionen y engancharse después”, exclamó, pidiendo también un mayor apoyo de la sociedad. De la misma opinión es Laurentino, quien, sin bajarse de su antigua bicicleta, define como “lamentable” que en pleno siglo XXI haya gente que “aún tenga que hacer estas cosas por su presente y futuro”.

Pero la marcha no se detiene y los helicópteros de la base militar son los primeros en dar la bienvenida a los andarines sobrevolando la zona, dejando atrás el chirriante sonido de los cables de alta tensión que nacen en la estación eléctrica de La Mudarra y que cruzan carreteras y caminos con destino hacia otros puntos de Castilla y León, al igual que lo hacen los ganaderos, que alcanzan Villanubla entre aplausos, regalando leche a todos aquellos que se acercan, y con la mente ya puesta en la jornada de mañana, que partirá desde esta localidad para concluir en Valladolid tras 13 kilómetros, la segunda más corta, pero que se espera sea masiva cuando a las 12.30, aproximadamente, lleguen a la Consejería de Agricultura.

Corto trayecto en Madrid

En declaraciones a Ical, el gerente de la cooperativa Vega-Esla, Jesús Rodríguez, uno de los coordinadores de la marcha, explicó que han acordado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado recortar la última etapa, que en principio saldría de la localidad de Aravaca para concluir en Atocha, frente a la sede ministerial. Así, el 4 de septiembre saldrán del Puente de Los Franceses, ya en la capital de España, para recorrer siete kilómetros, en lo que será la etapa más corta, pero seguro que más intensa, con la idea de llegar a mediodía al destino final.

Rodríguez señaló a Ical que él mismo se ha encargado de remitir una carta a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para informarle de las intenciones de la marcha y anunciarla que la ‘Marcha blanca’ donará al ayuntamiento, con fines sociales y para los más desfavorecidos, toda la leche que no se reparta en esa jornada final, a la que se llevarán al menos 3.000 litros.

 

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