‘Los últimos días con Valentina’, la novela de intriga que tiene a una joven maragata como protagonista

En la obra se hace referencia a lugares de interés cultural y gastronómico de la ciudad bimilenaria y de la comarca maragata

Juan Pablo Gándara, barcelonés originario de la localidad berciana de Toreno, publicaba a finales de 2019 la novela de intriga Los últimos días con Valentina. En ella, la joven protagonista es originaria de Astorga, ciudad de la que destaca algunos lugares de interés cultural y gastronómico. La novela, publicada en Circulo Rojo, también explica que Valentina está ligada a la localidad de Castrillo de los Polvazares.

JP, antagonista de la obra, hace la siguiente descripción de la ciudad bimilenaria:

Astorga dispone de una fastuosa catedral y de un aristocrático palacio episcopal, obra del insigne arquitecto catalán  Antonio Gaudí. De unas antiquísimas murallas romanas, además de la casa del ínclito literato astorgano Leopoldo  Panero, así como las incomparables mantecadas Alonso, La Flor y Nata y La Mallorquina, el Museo del Chocolate y muchas más cosas hermosas —le hice saber—. Tan solo hay que fijarse en ti, Valentina, para poder corroborarlo.

Pese a ello, la joven protagonista, Valentina, le resalta que se ha olvidado de Castrillo de los Polvazares, lugar digno de interés en la comarca maragata: 

—Gracias señor, es usted muy amable y adulador, pero existe otro lugar emblemático que no ha mencionado y que resulta peculiar, de ensueño. Parece como si el tiempo se hubiera detenido en sus adentros. Se trata de mi pueblo.

—¿De tu pueblo?

—Sí, Señor, se llama Castrillo de los Polvazares y se encuentra situado a escasa distancia del centro urbano de la  ciudad de Astorga, junto a Santa Colomba de Somoza. Y existe otro error imperdonable por su parte, que también ha obviado.

—Ya me dirás de qué se trata.

Además, los protagonistas de la novela también hacen referencia a la gastronomía local, destacando el cocido maragato.

—Se trata de la quintaesencia del gusto a nivel gastronómico, nada más y nada menos que el cocido maragato.

—Efectivamente, craso error el mío el no haber caído en estos detalles de vital importancia. Primero, no haber  nombrado ese pintoresco y fastuoso lugar que es Castrillo de los Polvazares, que debería ser declarado patrimonio de la humanidad. Y segundo, no haber realizado mención alguna del cocido maragato, buque insignia de la gastronomía nacional. El plato por antonomasia, más emblemático en su género, único e irrepetible.

Resultaba un pecado imperdonable haber estado en Astorga o en Castrillo y no haber degustado en los restaurantes que lo sirven a diario —La Peseta, Casa Maragata, Las termas, Casa de Tepa, Serrano, Juan Andrés, Entre Piedras, Cuca la Vaina y Mesón de la Peregrina— aquel prodigio de condimentos con el que nos agasaja la diosa naturaleza.

Para más inri, Castrillo de los Polvazares era el pueblo en que había nacido aquella hermosura de mujer, que era la responsable de atender la terraza de aquel distinguido establecimiento en el que encajaba en sincronizado juego, pues brillaban ambos en plena sintonía. 

Argumento de la novela

En el reluciente verano de 2017, Castelldefels playa, en Barcelona, irradia ilusión, pasión, sueños… y alguna cosa más.

A JP solo le embarga un deseo: poder culminar con éxito el designio que se ha marcado con respecto a Valentina, que no es otro que caminar con firmeza sobre la senda de la impoluta arena blanca que lo conducirá hacia “La cala alunada de los amores prohibidos”.

Toda esta historia aparece envuelta en una indescifrable nebulosa que, a la larga, se va a convertir en poco menos que impenetrable; cargada de prepotencia, falsedad, misoginia, malos tratos, infidelidad y sesiones orgásmicas interminables que se irán desvaneciendo a lo largo de las noches de penumbra entre las sábanas de blanco satén, efluvios de juventud… y alguna cosa más.

En ocasiones, las fuerzas de orden público son incapaces de solventar las situaciones que se les van presentando y no pocas veces se les acaban yendo de las manos. Tan solo la irrupción en escena del detective Jordi Bonsay sacará a la luz la enrevesada trama, urdida en el trasfondo de aquellas madrugadas por retorcidas mentes vendidas a diversas complicidades.

Esta historia de amor llega acompañada de corrupción política y policial, trufada de oscuras mañas; de traiciones, asesinatos y amoríos ficticios. Y todo ello con el telón de fondo de una enorme encrucijada sexual que sitúa al protagonista al límite de sus fuerzas.

La mansión del paso marítimo de Castelldefels es el hilo conductor de una historia que culminará en un inesperado final.

El autor

Juan Pablo Gándara nació en Toreno. Aunque su infancia transcurrió en Ponferrada, en los años ochenta, siendo muy joven, se trasladó a Barcelona . Desde niño sintió verdadera pasión por los grandes escritores y poetas del Siglo de Oro español, y pronto comenzó a cultivar la poesía, inspirado por los bucólicos paisajes de su Bierzo natal.

Fue en esta tierra donde realizó los primeros estudios y colaboró con diversos medios de comunicación. Su curiosidad por expandirse en otros campos, su instinto literario y el difícil trance, y las tormentosas circunstancias por las que atravesaba en aquel momento lo impulsaron, en una vorágine literaria, a escribir ocho novelas y más de 300 poesías. Con Los últimos días con Valentina se estrena, pero más tarde vendrán otras obras.

 

 

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