Los retos y las formas

En primer lugar, quisiera dar las gracias a todos los que han considerado que debo ser yo quien lidere la candidatura de la formación de centroderecha astorgana. Agrada encontrar la misma cohesión y unidad, que a otros falta, y que hace del PP ganador crónico en todas las elecciones fuera del ámbito local en nuestro municipio. A nivel personal, y para todo aquel que me conoce, sabe que es un reto que asumo con el compromiso máximo de responsabilidad, honor y dedicación a la ciudad donde yo sí nací y a mis vecinos.

He de suponer que para el resto de candidatos de otras formaciones políticas que han escogido Astorga como lugar para vivir el reto es igual de apasionante. Quisiera, desde aquí, sumar a este compromiso mutuo, la petición de que se guarden las formas para la campaña que se avecina. Astorga es un ejemplo de cultura y civismo desde hace siglos para el resto de la provincia, e incluso me atrevo a decir que para toda la Comunidad, y como tal, insto a mis “contrarios” un juego limpio o fair play sirviéndome del símil futbolístico.

En estos días ya se han atisbado indicios, supongo que más por la pasión y los nervios de algunos que por decisión consciente y calmada, de formas alejadas de la educación y las buenas maneras astorganas. Romper carteles de una sede electoral o hace unos meses arrojar pintura al fachada de la nuestra, por mucho que intenten molestar o acusar, es un acto de violencia reprochable. No consuela que sea de “baja intensidad”. Por fortuna vivimos bajo el amparo de una Constitución que permite la libertad de expresión que siempre defenderemos a carta cabal.

Y aunque pueda ser poco experto en materia de la Comunicación, versus rama Periodismo, en nuestra hasta ahora tranquila Astorga jamás los profesionales de la Información eran utilizados con convocatorias, salvo temas de extrema urgencia, a golpe de teléfono un rato antes para contraprogramar o desdecir el trabajo formal de otra candidatura. Escribo estas letras en el Día del Trabajo. Pienso que los periodistas son trabajadores de un gremio muy afectado por la crisis y si no existieran cada mañana sus previsiones informativas del día que organizan y armonizan su vida personal con la laboral, el hecho de establecer convocatorias exprés solo redunda en su perjuicio. Algo que han establecido como precedente y que parecen olvidar los compañeros de una candidatura donde un reconocido periodista figura y conoce los entresijos de esa bendita y necesaria profesión.

Estos, como otros muchos ejemplos acaecidos, son pequeños hechos de precampaña que amenazan con nublar el constructivo debate de la democracia, bajo una sonrisa de falsa inocencia ante un ciclo que termina y otro que comienza en la historia política y social de nuestra querida ciudad. Ahora sí.