OPERACIÓN ENREDADERA

Los otros hombres del ‘Patatero’

Se encuentran en un segundo plano, pero en el entramado de relaciones, poder y dinero figuraban como piezas de un complicado tablero donde el medio de comunicación decano en Astorga era el instrumento que utilizaban los actores secundarios, del PP y del PSOE, a las órdenes de Angel Luis García, el astorgano que más daño ha hecho a la ciudad por la mala imagen y la sombra de la corrupción que han proyectado sus andanzas

De niño siempre se hacía notar. Cualquiera de su generación lo confirma. De verbo rápido y algo atropellado tenía que quedar siempre por encima y ser el centro de atención incluso jugando. Una personalidad digna de estudio para los galenos del cerebro. Sin embargo, esta historia es la amarga aventura de poder, relaciones, influencias y dinero en la que Ángel Luis García, alias el ‘Patatero’, metió al periódico de papel de Astorga, que siempre fue una balsa de aceite con los poderes locales establecidos fuesen del color político que fuesen. Edypsa, tras casi 40 años de milagrosa vida, cayó en manos de este “empresario kamikaze”, como le califican en una de las cajas de ahorro existentes en la Bimilenaria donde conocen de primera mano cómo se deshizo en un bluf de la empresa de almacén y transformación de hortalizas que heredó de su padre y que vendió a un fondo de inversión con un supuesto reguero de deudas a proveedores -labradores- de la zona.

Amigo de las apuestas arriesgadas, convenció a varios de los socios mayoritarios de Edypsa para dar un golpe de mano en el Consejo de Administración donde figuraba como vocal y elevarse a la categoría de presidente. Ahora ya tenía un medio de comunicación e iba a emular a su modelo, José Luis Ulibarri, pero a escala comarcal. Y entró en el entramado con el que siempre coqueteó: la obra pública, con o sin socios. El listado donde figura en el Registro Mercantil es largo, pero de todas las empresas participadas destaca una: Agema. Con ella operó en la zona, dentro de las muchas andanzas que le han llevado a permanecer en prisión varias semanas por la ya famosa “operación Enredadera”. Sus insultos y menosprecios o el trato que dio a numerosas personas seguramente le acarrearán otras causas judiciales, a iniciativa de los aludidos en las grabaciones telefónicas. Al tiempo.

Pero el ‘Patatero’ no podía estar sólo. En el periódico convertido en medio de presión le fueron dimitiendo los consejeros que siempre tuvieron un seny, un señorío y un estilo del cual ha presumido El Faro Astorgano toda la vida. Sus formas no encajaban. Al fin y al cabo ha sido una empresa muy abierta socialmente con más de 13.000 participaciones-acciones para que fuera el periódico de todos los astorganos. Algo que rompe con el modelo impuesto por Ángel Luis García.

Para los ayuntamientos y asuntos de la izquierda nombró a Tomás Álvarez, concejal del PSOE en Astorga con un largo curriculum y cargo de confianza en gobiernos regionales socialistas e incluso en un ministerio. Y para los de derechas a Jacinto Bardal, secretario comarcal del PP. Ambos han roto la premisa de que en El Faro no haya políticos. Así, el recordado Javier Pérez mientras fue concejal de UCD no fue miembro del Consejo de Edypsa y Arsenio García  abandonó su vocalía en el periódico cuando pasó a presidir el Partido Popular en la bimilenaria. Nunca un cargo político fue hasta la llegada del ‘Patatero’ miembro del órgano rector de la casa. Ahora esto ya no es así. Es un nuevo estilo… ético.

Atrincherado en su cargo de presidente con poco más de mil participaciones-acciones, según cuentan socios de toda la vida, escandalizados como gente de orden -el que siempre ha caracterizado el espíritu y la filosofía de esa sociedad-, Ángel Luis y sus dos consejeros siguen apostando por presuntamente instrumentalizar el periódico para ahora lavar su imagen y aplicar una crítica feroz a quien se opone a sus intereses, políticos o personales.

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