Los miembros de la banda de gaitas Sartaina nombrados 'Caballeros Defensores del Passo'

La villa de Hospital de Órbigo vivía la tarde de este sábado el inicio de sus principales actos. Desde la puerta del mercado damas, caballeros, hombres de armas, nobles, clérigos, gentes de distintos reinos y el propio Don Suero de Quiñones desfilaron hasta el palenque donde se habría de celebrar una justa. Una riña entre caballeros obligó al condestable de Castilla a aplazar la lid hasta mañana domingo.

Sartaina, 20 años de justas

Desde el mismo año de su formación, la banda de gaitas astorgana ha participado ininterrumpidamente en las Justas de Hospital de Órbigo. 20 años acompañando a los mantenedores del Passo con su música, sus desfiles y su buen hacer.

Por supuesto este año no podía ser menos. Tras el escuadrón de Caballería de Valdemoro de la Guardia Civil (Mantenedora de las Justas), Don Suero y todo el cortejo que lo acompañaba, los músicos, llegados desde tres leguas de distancia cerraban la comitiva.

Una vez en el palenque, los nobles, cortesanos y habitantes de la villa fueron ocupando su puesto en el palco de torneos. El corregidor de Hospital de Órbigo, Enrique Busto y la subdelegada del gobierno el León tomaron los asientos honoríficos. Tras ellos las damas del reino; las más hermosas bailaron para un público entregado que observaba y esperaba desde el puente la llegada de los caballeros.

Desde el cielo un ave un poco remolona portaba un mensaje que le fue entregado al corregidor de la villa. Era el nombramiento de “Caballero Defensor del Passo” que esta edición recayó en la banda Sartaina. Los músicos han recibido este honorable homenaje por su dedicación y participación en las Justas durante 20 años.

Riña entre caballeros

El momento más esperado por fin llegó y los caballeros que se acercaron a puente para medirse entre sí entraron a galope en la arena del palenque. El gris, el azul, el verde… hasta el rojo, el más aclamado: Don Suero de Quiñones.

El Condestable de Castilla, Don Álvaro de Luna, en representación del Rey Juan II, presentó a los caballeros y dio inicio a la Justa. No tardaron en surgir problemas. En la primera prueba que trataba de recuperar una anilla colgada con la punta de la lanza, el caballero azul incumplió las reglas. Sacó su espada en un intento de ganar ventaja a sus oponentes y el resto de competidores comenzaron a discutir. Pronto relucieron los aceros y los retos. Los caballeros son hombres de honor que no toleran los insultos y rápidamente se enzarzaron en una pelea que a punto estuvo de llegar a más. Don Álvaro de Luna con el permiso del Corregidor de la villa se vio obligado a suspender la lid hasta mañana domingo.