Astures y Romanos se enfrentaron un año más en la arena del Gran Circo Romano, bajo la atenta mirada de las decenas de tribus y familias que acudieron a ver el espectáculo. Tras el desfile de las tribus, legiones y civitas que precede este gran torneo, el César y el caudillo astur Sebius ocuparon su lugar en el palco de honor para ver a los mejores hombres y mujeres de cada bando enfrentarse en la arena. Una lucha de doce contra doce.
El Circo entero guardó un minuto de silencio en respeto por el asesinato acaecido esta semana en la ciudad.
La primera prueba se llevó un claro triunfo astur. Los mejores luchadores romanos no pudieron vencer en la emocionante carrera de literas que acabó con la victoria del pueblo astur.
Las cuádrigas de la segunda competición pusieron a prueba la destreza de astures y romanos sobre la arena. Sin embargo, los astures, en clara superioridad, no dieron un ápice de tregua a los romanos que se vieron dejados atrás por la velocidad imprimida por los astures en esta dura carrera.
Los más pequeños de Astúrica Augusta tuvieron también su momento sobre la arena. Con la compleja prueba de tirar la soga, niños y niñas astures y romanos demostraron que están listos para un glorioso futuro. Los pequeños romanos y romanas demostraron que en fuerza son superiores a los astures.
En el entreacto, el emperador ofreció unas luchas de gladiadores para todos los espectadores. Los aguerridos combatientes, llegados de todos los rincones del imperio ofrecieron un impresionante espectáculo sobre la arena del Circo. Combates a muerte que se saldaron con las vidas de aquellos que no consiguieron vencer o la clemencia del público, sediento de sangre.
Los más jóvenes de Astúrica Augusta volvieron a saltar a la arena, en esta ocasión para participar en la difícil prueba de coger una manzana con la boca de un barril con agua. En esta ocasión fueron los pequeños astures quienes se alzaron con destreza hacia la victoria.
Los combatientes de César y Sebius regresaron a la pista para enfrentarse a la tercera prueba. Un compendio de destreza, agilidad y buena suerte para portar las sandías que se saldó con la victoria de los ciudadanos de Roma.
Finalmente llegó la tan esperada gincana. Una prueba que supera las demás pruebas. Un momento en el que cualquier marcador puede dar la vuelta y convertirse en una victoria para el bando ganador. Roma se alza con la victoria y consigue el empate del torneo.
Se nota la tensión en la arena y en las gradas del Gran Circo Romano. La última prueba sería la decisiva en la conquista de Asturica por los romanos, pero el pueblo Astur se impone en la lucha de gladiadores y consigue una clara victoria sobre la arena. Astures y romanos se enfrentaron a las últimas pruebas con arrojo y valentía.
Galería de Imágenes