Los arquitectos más ‘cool’ del mundo rural

Isaac y Marcos son los integrantes de un estudio en León en el que se están especializando en trasladar la arquitectura más vanguardista a las viviendas de nuestros pueblos, a las que quieren dar un toque de modernidad y comodidad
Marcos Redondo, con la maqueta de la distintiva claraboya de “La Rolona”. PEIO GARCÍA

El mundo de la arquitectura, como ocurre en general con el arte, ha evolucionado y cambiado desde hace años en muchos aspectos con una tendencia mucho más moderna e innovadora. Eso se percibe también en las viviendas que vemos a nuestro alrededor, en especial en grandes ciudades y urbanizaciones que, en muchos casos, cuentan con enormes mansiones de líneas rectas, grandes ventanales o formas en ocasiones imposibles. Una línea que contrasta enormemente con las viviendas rústicas a las que estamos habituados en nuestros pueblos. Pero ahora parece que conjugar ambos estilos es posible, y ello sin romper las normas urbanísticas que dan cierta uniformidad a determinados núcleos rurales.

En un estudio de arquitectos de León, Isaac y Marcos conjugan experiencia y juventud para desarrollar un proyecto común que surgió prácticamente por casualidad y que les está llevando por toda la provincia, donde están trasladando la arquitectura más moderna a las zonas rurales. Las normas urbanísticas no siempre permiten que esa vanguardia se aprecie a simple vista en el exterior del edificio, aunque eso no significa que las últimas tendencias puedan trasladarse fuera de las ciudades, ya que hay casas que en su interior son auténticas obras de arte.

Aunque reconocen que no es una tendencia mayoritaria, cada vez hay más demanda a la hora de apostar por esa modernidad. “Hay casos que quieren mostrar la potencia de la arquitectura desde fuera y en otros casos por dentro, aunque en ocasiones es potente en ambos casos”, reconocen. En ocasiones depende de la ubicación de la vivienda, si bien cada vez es más frecuente el hecho de que el cliente “tira de revista y le gusta la modernidad, aunque también quiere mantener algunas cosas antiguas, y con eso jugamos”, añaden.

Una de las últimas casas en las que han trabajado en esta línea se encuentra en Sueros de Cepeda. La que aparentemente es una casa más de una pequeña localidad de la provincia de León cuenta en su interior con una auténtica explosión de vanguardia que, como uno de sus elementos más llamativos, dispone de una piscina de cuatro por dos metros en el salón de casi 100 metros cuadrados en el interior de la vivienda, siempre con orientación al sur, bioclimática y con una luz que se va moviendo en el espacio interior gracias a un elemento original, como es el caso de una especie de pirámide situada en el tejado de la vivienda.

El día de la inauguración, Isaac recuerda cómo se situó de tal manera que podía apreciar el rostro de todos aquellos que accedían a la vivienda. “Ver la cara que ponían los que entraban por primera vez era un poema, eso ya era una recompensa para nosotros”, relatan. “Lo que queremos es generar impacto, la cara interior al ver el espacio, que es lo más bonito que hay”, relatan. “En el interior, en la zona de la cocina, aparecen espacios espectaculares que nunca se llegarán a ver por el público de fuera”, puntualizan, al tiempo que señalan que la luz y la ventilación, a la vez que el bienestar interior, se presentan como los elementos primordiales.

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“Proponemos fachadas ventiladas, de paneles de vidrio opuestas para que se puedan deslizar y existir tránsito de luz, porque la casa es para vivirla y tener una calidad de vida buena”, resalta Isaac. En especial en estos casos, en los que los propietarios suelen ser personas que vuelven a las zonas rurales en busca de tranquilidad y de un lugar donde poder desarrollar su proyecto de vida, con comodidad pero de forma discreta y relajada. “Ese tránsito de espacios entre interior y exterior, esas piezas donde se asientan los espacios la pirámide es el tronco donde nacen esos espacios –en el caso de la casa de Sueros de Cepeda- y ahí nace la luz”, dicen con orgullo.

En el exterior, al ver la vivienda, resultaría impensable el contenido de esa casa, porque la apariencia es de una arquitectura “muy normalita” perfectamente adaptada al entorno, manteniendo la piedra de la antigua casa y con nuevas propuestas pero reutilizando los elementos y los materiales ya existentes, de manera que “nadie sabe lo que realmente hay ahí”, pero al entrar se aprecian casas en las que “el mundo es para los que las habitan”.

Modernidad en crecimiento

Aunque estos dos arquitectos reconocen que esta tendencia va en aumento, aseguran que por ahora no resulta ni mucho menos mayoritaria, de ahí su peculiaridad. Y es que recuerdan que las casas en los pueblos suelen ser segunda residencia donde sus ocupantes buscan “comodidad antes que modernidad”. Pero en aquellos casos en los que se convierte en vivienda habitual, algo que es cada vez más frecuente, bien por el mantenimiento de la gente joven o el regreso a las zonas rurales, la cosa cambia. “Nos centramos un poco más en la casita de pueblo, que no es la cuadra restaurada”, dicen.

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Por toda la provincia

Pero, ¿esta arquitectura moderna se limita a zonas próximas a las capitales? Ni mucho menos, aunque es quizá en el extrarradio donde es posible apreciar exteriormente esas líneas más vanguardiastas. En este sentido, recuerdan otra casa que desarrollaron en El Caminón, a apenas unos kilómetros de León capital. “Una casa 100 por ciento moderna, con cubos volumétricos de hormigón blanco, grandes espacios, una viga de ocho meros en vuelo… lo que es la idea de Joaquín Torres”, aluden al conocido arquitecto de los famosos. Y en el interior “un jacuzzi, la zona vividera arriba, y abajo las habitaciones para salir directamente al jardín… es otro tipo de arquitectura”, matizan.

En el resto de la provincia, esta apariencia arquitectónica es casi imposible porque la normativa no lo permite. “Dice que tenemos que actuar con una serie de materiales como piedra, madera en vuelos y teja”, de ahí que el trabajo haya que “hacerlo por dentro”. Y muchas de estas casas se sitúan en zonas de montaña. “La tendencia es a ir a la montaña, porque gusta la combinación de frío y vistas, y la arquitectura varía de ser una casa de Tierra de Campos a ubicarse en una zona montañosa”.

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No solo en las viviendas

Esa modernidad no solo se persigue en las viviendas particulares, sino también en otros edificios, caso de los albergues, que dada la afluencia de peregrinos en el Camino de Santiago, tienen que resultar atractivos a la vista para atraer a estos viajeros. Este estudio de arquitectos tiene ahora mismo varios proyectos para albergues en la Ruta Jacobea, algo que coarta todavía más la forma de actuar dado que, a la normativa arquitectónica, hay que sumar el hecho de que se encuentra en el Camino de Santiago y eso significa “pasar muchos vistos buenos”.

Si el cliente quiere un edificio de pizarra y piedra, las actuaciones tienen que ser interiores para atraer la peregrino y que sea vividero y cómodo” porque, después de una larga caminata, los viajeros “pasan y miran, descansan y vuelven a mirar… Si a un peregrino le incitas a través de un pasaje para que vea dentro un patio con un jardín y pueda relajarse…”, en definitiva, “lo que quiere la gente”, sentencian.

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