López “el Largo”

Conocí a J.M.López a finales de la década de los 90. Por aquel entonces aterricé profesionalmente por enésima vez en León ciudad. En La Crónica, de Cundi, Mauri y compañía había entrado como fotógrafo un chico desgarbado, melenudo y muy, muy alto. De ahí que muchos le llamábamos “el Largo”, “Superlópez” y cosas así, siempre cariñosamente.

No era de muchas palabras, pero sí tremendamente guasón. Lo que más me gustó de él era su buen humor y su compañerismo. Generalmente los denominados “gráficos” son profesionales que, si ya de por sí los periodistas vamos como “putas por rastrojo” con varios temas que cubrir a nivel local; ellos tienen hasta diez temas de aquí para allá toda la jornada. Con lo cual, al final del día no estás para muchas milongas. Y a pesar de todo, el trabajo sale y encima con toda la calidad posible.

En este mundo de la Comunicación. Hoy todo es comunicarse. La imagen vale más que mil palabras. Muchos se creen capacitados para trabajos informativos, pero lo cierto es que lo que abunda es el aficionado autodidacta ensimismado en estereotipos que pretende reproducir a golpe de instantáneas disfrazado de Memorias de África made in Coronel Tapioca. Resulta ridículo intentar trabajar en procesiones, desfiles y demás a codazos con la choni de turno o el jubileta aburrido con teléfono móvil o cámara digital regalada por su 70 cumpleaños. Y encima de joderte el encuadre te miran por encima del hombro como queriéndote reprochar qué haces en su pueblo, en su calle y en su vida. “Estoy trabajando. Símplemente ganándome el pan”, piensas para tus adentros y callas por no armarla.

Del mundo de los “foteros” anécdotas y especímenes tengo cientos. Como aquél que montó su negocio particular a la sombra del periódico para el que trabajaba. A coste de materiales cero. Y luego fue papá pidiendo explicaciones por despedirlo tras años de maltrato a los redactores, ensañándose con los becarios y sisando todo lo que podía a la empresa que le daba una de las pocas nóminas suculentas, en tiempos de nóminas y no de trabajador por cuenta ajena y en precario como suele suceder hoy. Ah, papá lo colocó políticamente en otro lado con el paso del tiempo y un divorcio después. Vamos, que capullos hay en todos lados.

Pero si cansado de currar de sol a sol por cuatro perras, de fotografiar pueblos abandonados y mariposas campestres no te has subido al carro del fotoperiodismo institucional o empresarial para acomodarte; si todavía el cuerpo te pide marcha y la vocación te quema por dentro…Solo tienes una opción. Coger el petate y largarte de este León sin garras y con tu melena buscar donde el injusticia muerde al ser humano. Donde el animal que llevamos dentro sale sin tapujos para devorar al prójimo con un salvajismo descarnado. Mover conciencias, crear opinión, contar lo que está pasando sin oropeles, sin textos de juntaletras, plumillas y demás.

A veces, me ha pasado que viendo una buena foto el texto me ha salido de corrido, o incluso un artículo es un relleno de una imagen que lo dice todo. Es el sagrado binomio fotógrafo-redactor, cámara-reportero.

López, el acuerdo es no dar árnica a vuestros captores, pero no hay día que muchos nos acordemos de vosotros tres.

GRA334. MADRID, 21/07/2015.- Combo de fotografías de José Manuel López, Ángel Sastre, y Antonio Pampliega, de izda a dcha, los tres periodistas que llevan nueve días desaparecidos en Siria. Los reporteros, que trabajan como "freelance", entraron en Alepo, a través del sur de Turquía, el pasado 10 de julio, para realizar reportajes. EFE/ ***SOLO USO EDITORIAL***
Foto cortesía ABC
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