Los alcaldes de Lucillo, Luyego y Truchas piden a Defensa que desmantele el campo de tiro del Teleno

Los alcaldes de Lucillo, Luyego y Truchas han enviado una carta al Ministerio de Defensa pidiendo el desmantelamiento del campo de tiro del Teleno y deseando poder tener una reunión en esta zona “donde podrán conocer de manera directa la situación y recibir el sentir de sus gentes”.

“Al momento de redactar estas letras, sigue activo el fuego que, originado en el Campo de Maniobras y Tiro “El Teleno” ha afectado, de nuevo, en este final del mes de agosto de 2022, a la superficie forestal del municipio de Luyego y Lucillo, poniendo en riesgo alguna de sus poblaciones.

Desde los años 50 del siglo XX se viene utilizando el Campo de Maniobras y Tiro “El Teleno” para la instrucción, el adiestramiento y la evaluación de distintas unidades militares.

El uso de fuego real y sucesos de carácter natural, generan periódicamente conatos o incendios de mayor o menor magnitud. Esta afección sobre el medio ambiente y la vida de los vecinos de la comarca no necesita de ningún estudio cuyos resultados se expresan en parámetros a veces difícilmente comprensibles; su impacto es fácilmente perceptible e indiscutible.

Los ocasionados por sucesos naturales son imprevisibles; los derivados de la actividad militar, tras tantas experiencias vividas, son imperdonables.

Sucede, como en esta última ocasión, que, en aquellos incendios producidos dentro de la zona de caída de proyectiles y, en base a un criterio de prudencia (riesgo ante la presencia de municiones sin detonar), impiden intervenir de una manera inmediata, rápida y directa. Sobre este particular cabría repasar los ANTECEDENTES DE HECHO de la sentencia del Tribunal Supremo de fecha 03-10-2005 (dictada en relación al gran incendio acecido en el mes de septiembre del año 1998).

“Éste fue el momento en el que el fuego alcanzó la alambrada del campo de tiro. Las rachas ya fuertes de viento hicieron sobrevolar las “pavesas” por encima del cortafuegos, prendiendo la parte alta de los árboles de los Montes del Tabuyo y ocasionando en el pinar un “incendio de copas” que se propagó con enorme rapidez debido a la pendiente ascendente del terreno y al viento entonces reinante. En ese momento no resultaba ya posible la intervención de los retenes militares contraincendios, sobre los que habían sobrevolado las pavesas incendiarias, por falta de medios adecuados y por las grandes dimensiones de las llamas, por lo que no fue posible la realización de ninguna acción por su parte en orden a la posible extinción del fuego o a evitar su propagación.”

El fuego, cuya propagación depende de multitud de factores cambiantes, no conoce de competencias, riesgos personales, delimitación de zonas de acceso restringido, cortafuegos, limitaciones y condiciones de actuación de los medios aéreos, directivas de acciones contra incendios forestales en campos de maniobra y tiro, planes técnicos de defensa contra incendios, protocolos operativos de actuación……y, así puede ocurrir que, progresando aquel sin combatirlo, cuando resulta posible poner en juego todos los recursos de los que se dispone (seguramente deseando siempre que sean más) estos resultan entonces insuficientes, generándose situaciones de peligro mayor.

Quizá es momento, ya trascurridos muchos años, de valorar la posibilidad de acabar con el campo de maniobra y tiro y con las actividades que en el se desarrollan; se conjetura que pueden existir formas de adiestramiento y evaluación, propiciados por las nuevas tecnologías, que hagan innecesarias esta forma de ocupación del espacio natural; simuladores, modelos de previsión, comportamiento y evolución de fenómenos, el procesamiento y análisis de datos, ya están presentes en todos los ámbitos (también en la lucha contra el fuego y, sin duda, en el ámbito militar).

Final que no puede ser un mero cese de la actividad, sino que debe suponer la audacia de eliminar todos los riesgos derivados de años de uso militar y que permita de verdad probar otro modelo de desarrollo basado en el medio ambiente (recuperación de los servicios ambientales del ecosistema implicado), la conservación y disfrute de la flora y la fauna, los uso tradicionales, el uso comercial y recreativo del monte, en fin, una orientación distinta que solo implementándose podrá alcanzar el rango necesario para su comparación con otras que se estima, ya han sido de peor resultado.

Deseando poder trasmitirle estas impresiones de manera personal, acompañado de los presidentes de las pedanías afectadas, propiciando una conversación honesta y constructiva, le invito a mantener una reunión, aun con las brigadas antincendios sobre el terreno, en esta comarca maragata, donde podrá conocer de manera directa la situación y recibir el sentir de sus gentes, siendo fecha adecuada cualquiera que estime fijar desde este momento”.