Este viernes se celebró la segunda sesión de ‘Tardes de autor’ en la Casa Panero, con el escritor Pablo Andrés Escapa, que habló de su relación con el cuento, género que maneja en sus libros. ‘Tardes de autor’, organizado por la concejalía de Cultura, es una iniciativa que cada segundo viernes de mes, trae a Astorga a un autor para charlar con el público y hablar de su visión sobre la literatura.
El leonés Pablo Escapa comenzó hablando de que escribir es una parte de su vida, “a mí lo que me gusta es vivir el cuento, no vivir del cuento. Creo que la literatura es una rebelión contra la realidad
El autor hizo un viaje por sus inicios en la literatura, “empecé de niño, escuchando los cuentos de mi padre, que tenía una capacidad tremenda para narrar. Los cuentos que más nos gustaban eran los del domingo por la mañana, de una realidad extrema en los que mezclaba personajes reales del pueblo, con personajes como el Cid, los Reyes Magos o Moctezuma. Crecí convencido de que había indios en León, que tenían su tribu y que mi padre había estado con ellos”.
De su infancia recuerda la narración oral, y cómo lo ha aplicado en sus propios libros, “en mis cuentos, el narrador siempre es interno, con un discurso propio, para que las palabras del escritor sean verdaderas, se las tiene que creer uno mismo, y ha de existir un ‘pacto’ con el lector y que sea el dueño de la verdad”. “Un cuento no es más que una mentira bien contada, pero yo creo que es una mentira honesta”.
Otro de los puntos que trató el autor fue la lectura, “es un estímulo para la escritura. Desde pequeño en la escuela teníamos que leer en voz alta, y cuando lo hacía el maestro me hicieron darme cuenta de lo que eran los estilos. Leyendo a Juan Ramón Jiménez me di cuenta de que de las propias palabras podían aplicarse a las cosas pequeñas, no hacía falta que salieran personajes míticos. Platero y yo fue para mí entrar en un país verbal, no sólo por la dignidad en las palabras, sino la mirada compasiva de Jiménez”.
Otro de los autores que marcaron la tradición narrativa de Escapa fue la lectura de Pío Baroja, “al principio tuve simpatía por la imagen, porque lo vi en una foto que aparecía en el libro y me recordó a mi abuelo con la boina y las bufandas que traía en invierno cuando llegaba del pueblo. El primer libro que compré con mi propio dinero fue Zalacaín el aventurero, pero La Sima marcó marcó. Con éste cuento aprendí que las historias no tenían por qué tener un final feliz, y que el paisaje es un elemento más de la narración”.
Hablando de su propia experiencia como escritor fueron historias cotidianas de las personas que lerodeaban. “La literatura ahonda en los misterios de la vida y ofrece un mundo autónomo”. Para finalizar, Pablo Andrés Escapa, leyó algunos fragmentos de sus propios cuentos.