Apicultura

León aspira a convertirse el próximo año en la provincia con un mayor número de colmenas ecológicas

Nace la Asociación Nacional de Apicultores Urzapa-Adate con la presencia de unos 150 apicultores de toda la geografía española
Colmenas de miel en León. / Peio García – Ical

La provincia de León aspira a alcanzar el próximo año las 2.500 colmenas ecológicas, lo que la convertiría en la provincia española con mayor número de colmenas de este tipo. Todo ello ha sido posible al crecimiento experimentado en los últimos años por este sector, en especial a raíz de un mejor asesoramiento, que ha favorecido la creación de numerosas empresas. En la actualidad, la provincia acumula más de 8.500 colmenas de todo tipo.

Con el fin de seguir apoyando e incluso desarrollando este sector, como la consultora Urzapa viene haciendo desde el año 2012, está dando sus primeros pasos la Asociación Nacional de Apicultores para el Desarrollo de la Apicultura Tradicional y Ecológica (Urzapa-Adate), que nace con 150 agricultores, en su mayoría de la provincia de León, pero también de otras partes de la geografía española como Zamora, Galicia, Asturias, País Vasco, Baleares y Murcia.

El objetivo de esta asociación, según explicó su presidente, Urbano González, pasa por hacer “cosas diferentes”; a nivel sanitario se funcionará como una sociedad de Defensa Sanitaria (DS) con el fin de generar un volumen de dinero que permita el mantenimiento de dos veterinarios apícolas que puedan visitar a los apicultores cuando así lo necesiten “como ocurre con cualquier ganadería”; apoyo “incondicional” a la apicultura tradicional española; el apoyo a los manejos de la apicultura ecológica y a la investigación apícola, con el propósito de alcanzar una norma de calidad española para el propóleo, una “prioridad” y que solo tiene Rusia.

Desde la Fundación Oso Pardo, Fernando Ballesteros respaldó esta iniciativa y recordó que la conservación de la especie solo es posible “si hay perfecta convivencia con las actividades humanas” y una “perfecta cohabitación”, en especial en un momento en el que sigue creciendo la población de oso pardo, aunque lejos todavía de dejar de ser una especie en peligro de extinción. Este aumento de ejemplares está generando “nuevos retos de convivencia” que llevan a pensar en la necesidad de prevenir los conflictos y, cuando estos se produzcan, adoptar nuevas formas de gestionarlos.

De la misma manera, Ballesteros abogó por buscar líneas de trabajo en las que obtener “beneficios” a la imagen que genera el oso, ya que esta especie se cría en espacios de importante valor ecológico, lo que se traduce también, en el caso de la apicultura, en un producto de gran calidad, algo que entendió que hay que aprovechar.

La catedrática e investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Ictal), Camino García, recordó que el sector agroalimentario cuenta con una gran tradición en la provincia de León y resaltó la necesidad de llevar a cabo un análisis de calidad que permita producir “una miel de calidad y bien certificada” en la zona de producción. También resaltó la relevancia de los propóleos, de ahí que trasladara su apoyo a la intención de conseguir la norma de calidad para este producto, además de que hizo un llamamiento para seguir incidiendo en la formación de buenas prácticas con el fin de contar con un sector “más profesional”.

Desde Ucale-Coag, el apicultor Jesús Montes insistió en que León cuenta con “un potencial de floración que no tienen otras provincias”, algo que estimó que hay que aprovechar, aunque también trabajar para defender al sector de las amenazas que tiene la apicultura, de ahí la necesidad de actualizarse o contar con el asesoramiento necesario, así como “estar unidos”.

Año desastroso

La apicultura ha vivido este año un año “desastroso”, explicó Urbano González, quien estimó que en la provincia de León no se había vivido un año tan escaso en producción, con pérdidas que en el caso de algunas explotaciones pueden haber alcanzado incluso el 90 por ciento como consecuencia de las malas condiciones climatológicas, marcadas por las fuertes nevadas de finales de abril, que frenaron la floración, a lo que sucedió una sequía extrema.

Con estas circunstancias, la producción de miel para este año se prevé que sea prácticamente nula en la provincia, lo que hace advertir de que la mayor parte de la miel que se venda en España en los próximos meses tendrá que ser importada y, por lo tanto, de una calidad muy inferior a la que se produce en nuestro país.

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