Don Pedro Arriola es como una especie de director espiritual laico de Mariano Rajoy. Si, como decía mi tío, dos que duermen en un mismo colchón son de la misma condición, se entiende que su pensamiento es similar al de su cónyuge, Dª Celia Villalobos, singular defensora del aborto. A nivel particular podrán pensar como quieran, lo malo es que su influencia en el gobierno o desgobierno de la nación es tan grande que en este caso son decenas de miles de seres inocentes los que sufren las dramáticas consecuencias.
Don Pedro, aunque no fueran esas sus intenciones, ha conseguido que Rajoy haya quedado como un mentiroso. En efecto, tanto en el programa del Partido Popular como en la gestión hecha por su ministro de Justicia había dicho que reformaría la ley del aborto de la nefasta Bibiana Aído. La intención y la idea era muy buena, hasta que el sociólogo de cabecera de Rajoy le dijo que ni se le ocurriera llevar adelante ese proyecto, pues le quitaría votos. Inmediatamente Don Mariano, con rostro patético, salió a decir que retiraba la reforma de la Ley, pues no tenía sentido hacer una nueva ley para que vinieran otros detrás y volvieran a quitarla. Por muchos errores que haya podido cometer Rajoy ninguno tan ridículo y de peores consecuencias como éste. Por supuesto, ya no deberá a atreverse a pedir nunca que le voten con mayoría absoluta, pues no la necesita, y lo mejor que deberá hacer es gobernar con el programa de sus adversarios. Ciertamente nos atrevemos a decir que a partir de ese momento se ha producido una enorme sangría de votos en su contra. Se dice que Mariano contempló esa posibilidad, pero que Arriola le dijo que no se preocupara, pues lo votarían a él antes que a la izquierda o por el miedo a que salga Podemos.
Mucho nos tememos que se equivoca. Hay temas en los que en conciencia no se puede actuar con medias tintas. Somos muchos los que nos sentiríamos mal votando a un partido defensor del aborto y ni siquiera sirve la teoría del mal menor, es decir, votarle para no salgan otros peores. O rectifica el Presidente del Gobierno o cientos de miles le negaremos el voto. No se lo daremos a Podemos, pero existe la posibilidad del voto nulo o en blanco.
El sábado día 22 de noviembre tendrá lugar en Madrid una gran manifestación a favor de la vida. Seguro que son muchos los que van y otros nos quedaremos con las ganas de ir. De Ponferrada, Astorga y León saldrán autocares. El que pueda que no dude en apuntarse. Arriola podrá decir lo que quiera, pero se ha puesto de tal manera en evidencia la hipocresía, el cinismo y la cobardía de muchos políticos del Partido Popular que se les podrán perdonar muchas cosas, pero en este terreno no hay perdón ni disculpa que valga. Con la vida de los niños inocentes no se juega.
Me ha encantado el artículo de Las víctimas de Arriola. Enhorabuena