Las trabajadoras de la residencia Mensajeros de la Paz de La Bañeza piden el test del coronavirus tras 35 bajas en el personal, la mayoría con COVID-19 confirmado o con síntomas a la espera del correspondiente test.
Las pruebas del virus solo se realizan a quienes ya están de baja, y las trabajadoras que siguen trabajando en el centro tienen miedo de contagiar a sus familiares, ya que se ha dado algún caso de allegados infectados.
Este viernes, durante la rueda de prensa diaria y telemática para informar de la evolución del coronavirus en la Comunidad, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha aprovechado para aportar los últimos datos sobre residencias de mayores, centros de personas con discapacidad y las viviendas tuteladas en Castilla y León.
Los 1.214 centros públicos y privados de Castilla y León -que suman 46.638 usuarios- acumulan 793 fallecidos en total, entre los enfermos que murieron con COVID-19 confirmado (332) y los que tenían síntomas compatibles, aunque no se les haya realizado el test (461). En concreto, 141 del total de los centros de la Comunidad suman muertos por coronavirus, de los que 39 han tenido más de cinco fallecidos y otros 43 han registrado un solo caso.
León se sitúa como la segunda provincia que acumula más residentes fallecidos (134), solo superada por Segovia que cuenta con 161 muertes. La consejera de Familia, Isabel Blanco, apuntó que aproximadamente entre el 80 y el 90 por ciento de los mayores de estos centros falleció en el hospital. Reconoció que los datos no son “buenos” porque continúa el aumento de los fallecidos, aunque precisó que el incremento de los muertos ha bajado de manera progresiva.