S.Gallo/ Ical Los cofrades, los pasos de cada una de las cofradías, el olor a incienso, los tambores, las cornetas… son elementos que forman parte de la Semana Santa, y quizá de los más reconocidos. Pero las ‘manolas’ son personajes tradicionales de esta celebración, aunque en ocasiones podría afirmarse que se posicionan en un segundo plano como consecuencia posiblemente de su carácter sobrio y el luto que simbolizan.
Pero esta figura de la ‘manola’ se ha ido ‘desprestigiándo’ con el paso del tiempo, y ese rigor e imagen de seriedad ha cambiado notablemente con alteraciones que “no benefician para nada la figura de la mujer de mantilla y tampoco favorece un ensalzamiento de los cortejos penitenciales ni de la Semana Santa”. Hasta hace unos años, en las décadas de los 80 y los 90, el número de ‘manolas’ era “muy reducido”, aunque de un tiempo a esta parte se está registrando “un auténtico boom”, lo que está contribuyendo también a la pérdida de la esencia inicial de esta figura vistosa especialmente en Semana Santa.
De hecho, en la procesión de Los Pasos, la de mayor devoción en León y que supuso una mención en la declaración de la Semana Santa leonesa como de Interés Turístico Internacional, han llegado a procesionar hasta 400 ‘manolas’. Por ese motivo, dos ‘manolas’ que llevan más de dos décadas procesionando, decidieron poner en marcha la Asociación de Manolas de León, que está dando sus primeros pasos, pero que está recibiendo muchas solicitudes para entrar a formar parte de este nuevo colectivo.
“Ahora mismo estamos dándola a conocer poco a poco y recibiendo muchas solicitudes para pertenecer a la asociación”, explican Montserrat Mendoza y Verónica Iglesias. Se trata de una asociación cultural “al margen de las cofradías y hermandades” de la ciudad de León, pero que está integrada principalmente por ‘manolas’, añaden. Sus fines están “muy claros”, y de hecho aparecen recogidos en el artículo 2 de sus estatutos, y pasan por la asistencia a todos los actos en los que se requiera la presencia de este colectivo, así como procesiones de Semana Santa y el Corpus.
Se quiere principalmente con esta iniciativa “mantener la tradicional figura de la mujer española” y hacerlo “con la solemnidad y el recogimiento necesarios”. Y es que el primer ingrediente fundamental de la figura de la ‘manola’ es “saber estar”, algo que hace unos años seria impensable tener que indicar, pero que con la incorporación masiva de mujeres ha favorecido la pérdida de esa esencia. Escotes pronunciados, tacones de infarto o faldas muy cortas llaman cada vez más la atención y se contraponen a la imagen “sobria” que debe de tener la indumentaria de la ‘manola’ tradicional.
Montserrat Mendoza y Verónica Iglesias recuerdan que cuando se asiste a un acto religioso se hace “de manera voluntaria”, por lo que se debería ser “plenamente conscientes” de que es un acto social y, como tal, la actitud debe ser “de seriedad, recogimiento y silencio”. Por todo ello, desde la Asociación de Manolas de León se quiere “recuperar el respeto que la figura de la ‘manola’ ha tenido dentro de los cortejos procesionales hasta hace unos años”.
Y es que hay que tener en cuenta que la figura de la ‘manola’ se refiere a mujeres de luto que acompañan a los pasos durante la Semana Santa y que lloran la muerte de Cristo, aunque el Domingo de Resurrección lo celebran “con alegría”. Con esta nueva asociación, y con este fin de recuperar ese “respeto” con el que nació la ‘manola’, se preparan diferentes actividades que pretenden que cada una de las integrantes de la asociación “sepa que hay unos elementos indispensables a la hora de procesionar” como son “la compostura, la sencillez y la sobriedad del vestuario”, sentenciaron.