P.F. “Este año las temperaturas no han sido tan fuertes como en otras ocasiones, lo que ha favorecido en lo que al gasto de agua se refiere, aunque ciertos cultivos como el maíz necesitan esas temperaturas. Pero en lo que a nosotros respecta, las lluvias han adelantado el final de la campaña de riego, y si el tiempo continuara así no tendríamos que regar más”, indicó Manuel Ramón Mantecón, secretario del Sindicato Central del Embalse de Barrios de Luna, que no obstante aclaró que “en caso de que se tuviera que volver aún tenemos la autorización de la Junta de Explotación para hacer un riego de la remolacha antes del 15 de octubre, porque además contamos con la reserva, porque no hemos llegado al tope que aprobó la Comisión de Desembalse “.
La agricultura de regadío; apuesta de futuro
Son más de 52.000 hectáreas las que se riegan con el embalse de Barrios de Luna en 55 comunidades de regantes; por lo que el regadío es una “apuesta de futuro”. Así lo asegura el sindicato del Embalse de los Barrios de Luna, que ha puesto en marcha este lunes el XVII curso de formación de agricultores con esta premisa como eje central.
El curso fue inaugurado por el delegado territorial de la Junta, Guillermo García, quien enfatizó en que la Administración Autonómica “ha mantenido desde siempre una apuesta decidida por los regadíos, tanto en lo referente a la transformación de superficies cultivables de secano en regadío como en los procesos de modernización”. El delegado señaló las ventajas del regadío, entre las que destaca el incremento de la productividad, mejora en las rentas de los agricultores, generación de empleo en el medio rural y consolidación de un sistema agroalimentario diversificado y competitivo. “El regadío, afirmó García, es importante desde la perspectiva del desarrollo rural, porque el potencial de trabajo triplica al del secano y esto contribuye al mantenimiento de la población”.
El delegado argumentó con datos la importancia del regadío en la provincia de León. Así, de las 290.000 hectáreas de cultivo que hay, actualmente 129.000 son de regadío, “lo que supone el 44,5% del total de la superficie cultivable; la que mayor porcentaje de Castilla y León tiene”.
Las actuaciones en regadíos, tanto en modernización como en transformación, generan “importantes” beneficios como la optimización del uso del agua, con una reducción del consumo en un 30 ó 40% en algunos sistemas. Pero también permite una mejor utilización de los fertilizantes y fitosanitarios, reducción de gastos e inremento de las producciones, lo que se transforma en “una mejora en las condiciones de vida de nuestros agricultores”, señaló el delegado.
El curso, que tiene lugar en la sede del sindicato en Hospital, consta de una serie de ponencias en las que se abordarán diversos temas relacionados con la utilización del agua y su optimización a través de los diferentes sistemas y cultivos. Todos interesados podrán asistir, en horario de mañana y tarde, desde este lunes y hasta el día 25.