Las Bodas dona su tesoro

La Diputación adquirirá próximamente el hórreo considerado por los expertos como el más antiguo de los construidos en madera en España
Las Bodas está ubicada al norte de la provincia leonesa. ICAL

hórreo

S.Gallo Fueron ideados para el almacenamiento de víveres y que éstos estuvieran aislados de la humedad y de los animales, en especial de los roedores, pero con el paso de los años, e incluso de los siglos y la consiguiente modernización, los hórreos han ido abandonando, de forma mayoritaria, este fin para el que se crearon. Aunque en un número inferior al de hace unas décadas, todavía son muchos los que se conservan, sobre todo en el norte de España, en muchos casos ahora convertidos en meros elementos arquitectónicos, en trasteros e incluso en alojamientos turísticos.

Pero a pesar de que hayan perdido este carácter tradicional, su historia y su amplia trayectoria en el tiempo hacen que sigan siendo unas construcciones apreciadas y con un valor muy elevado. El más antiguo de los construidos en madera en España, según los expertos, y uno de los más bonitos y arcaicos por sus elementos arquitectónicos, es el hórreo de Las Bodas, en la aldea de este mismo nombre, al norte de la provincia de León.

Su titularidad no se conoce con exactitud, aunque Eduardo Cendán Alonso y Casilda González Díez han sido reconocidos siempre como los propietarios del hórreo. Ahora sus hijos, Amador y José Cendán, han donado la construcción a la Diputación provincial que próximamente se convertirá oficialmente en la propietaria de este hórreo. Hasta ahora la situación jurídica no estaba regularizada y es este proceso el que se está ultimando, así como el documento de transferencia, algo que se espera poder concluir ya este año, momento en el que se formalizará la donación a favor de la institución provincial.

Lo que tampoco está muy claro es la fecha de construcción de este hórreo, aunque por su tipología arcaica algunos expertos lo datan en el siglo XVII o quizá algo anterior. Sin embargo, sería necesario llevar a cabo un estudio de esta construcción para datar con exactitud el momento de su construcción, algo que intentará acometer la institución provincial una vez que se formalice el traspaso de su propiedad, ya que a través de métodos como el del carbono 14 sería posible fijar su origen con exactitud.

También sobre los inicios de la andadura de este hórreo se estima que podría haber sido un hórreo colectivo, es decir, de varias familias, e incluso no se descarta la posibilidad de que fuera una construcción pública procedente de un antiguo monasterio medieval existente en Las Bodas y ya desaparecido, si bien no se tiene seguridad de ninguno de estos extremos.

La tipología más habitual de los hórreos leoneses es la que se llama ‘de tipo asturiano’, que consiste en una caja de madera de planta más o menos cuadrada, sobre la que se eleva la cubierta a base de bálago, que es paja de centeno, una tipología muy presente en la comarca del Bierzo y en la Montaña Occidental y con precedentes sobre todo en la Montaña Oriental.

El carácter excepcional de este hórreo se debe a sus características constructivas, porque se trata de una construcción de planta rectangular, ya no es cuadrada, con cubierta a dos aguas, con cerramientos machihembrados en las cuatro esquinas, algo típico de los hórreos suizos, chapado interior de lajas de pizarra para evitar la pérdida del grano, acceso desde una losa de piedra, seis pegoyos tronco-cónicos, en lugar de cuatro, de gran sección y los tornaratas, que son las piezas que separan los pegoyos de la caja, hechos de piedra devastada de manera tosca que justifican su antigüedad.

Los ingenieros Gerónimo Lozano y Alfonso Lozano recogen en su libro ‘Hórreos, cabazos y garayas’ que estas características, junto con su proximidad al Camino de Santiago y su semejanza con los hórreos suizos del cantón de Valais inducen a pensar que “la técnica de su construcción se introdujo a través de los peregrinos”.

La restauración que acometió la Junta de Castilla y León en este edificio en el año 2011 consiguió frenar su mal estado de conservación, aunque la Diputación provincial estará pendiente de su posible deterioro una vez que se convierta en el titular oficial del inmueble. Los hórreos son elementos muebles desmontables, a pesar de que en la actualidad se les considera inmuebles. Y es que su propietario, que trabajaba para un señor en una propiedad, podía llevarse el hórreo consigo si cambiaba de señor para el que trabajar, de ahí que fuera posible su desmontaje.

Pese a esto, administraciones como la Junta de Castilla y León los ha calificados como inmuebles y el Decreto de Protección de Hórreos y Pallozas los ha considerado Bien de Interés Cultural (BIC). Con este carácter excepcional, el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León, en su interés por conservar la arquitectura tradicional de la provincia, desarrolla desde el año 1995 planes para el mantenimiento de este tipo de construcciones, incluso con planes concretos para los hórreos y las pallozas.

Condiciones especiales
A la hora de ceder el hórreo a la Diputación de León, la familia ha establecido una serie de condiciones, como son que se conserve en el lugar en el que se encuentra en la actualidad, a pesar de que al ser considerado un bien inmueble y declarado BIC no sería posible modificar su ubicación; que se conserve en buenas condiciones y que haya un reconocimiento público de los donantes. También se ha solicitado que pase a formar parte de los bienes inmuebles que se encuentran asociados al Museo Etnográfico Provincial de Mansilla de las Mulas.

Aunque la provincia de León es, junto con Galicia y Asturias, donde más hórreos se han contabilizado, el número ha disminuido de manera notable en las últimas décadas. Un inventario elaborado por la Universidad Complutense de Madrid en el año 1982 cifraba en 391 el número de construcciones de este tipo existentes en la provincia de León, un dato que en 2005, según un informe de la Junta de Castilla y León, se había reducido a 327, es decir, un descenso de más del 16 por ciento de este tipo de construcciones.

Aunque no se tenga el dato exacto, las estimaciones apuntan a que esta tendencia ha continuado en esta última década, ya que se trata de una tipología de construcción que no está en uso y que su mantenimiento ha derivado en un destino del hórreo para almacén o trastero, y son cada vez menos los que mantienen un interés social y público por su conservación, algo para lo que se cuenta con las ayudas del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación de León, consciente de la importancia de conservación de esta arquitectura.

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