Historia

La colección de lápidas epigráficas romanas tendrá un sistema apropiado de almacenamiento

Una subvención del Instituto Leonés de Cultura de 4.884 euros ayudará a costear el presupuesto total de 10.175 euros que ha aceptado el consistorio municipal

El Ayuntamiento de Astorga procederá a la instalación de un sistema de almacenamiento para la colección de lápidas epigráficas romanas que permitirá una perfecta visualización de las muestras, así como ofrecer la posibilidad de convertirlo en un lugar visitable para especialistas e investigadores. Se trata de la colección más importante del noroeste de España.

El consistorio pretende colocar las piezas, la mayoría de gran tamaño, sobre unos soportes de madera que actúan a modo de atriles. De esta forma, se dará cobertura a la solicitud de una comisión de expertos que están realizando una revisión del Corpus Inscriptiones latinarum (CIL), a nivel de toda Europa.

Para la realización de esta obra, el Ayuntamiento se ha acogido a la convocatoria de subvenciones del Instituto Leonés de Cultura (Diputación de León) para la Mejora y Equipamiento de Instalaciones Culturales y Museos, institución que ha concedido la cantidad de 4.884 euros para financiar sobre el coste total, que asciende a 10.175 euros que asume el propio Ayuntamiento.

La historia de la rica colección epigráfica asturicense -de la que también forman parte aquellas que son propiedad del obispado- comenzó cuando el Ayuntamiento de Astorga decidió, hacia mediados del siglo XIX, habilitar como jardín público un espacio situado en el ángulo sudoccidental del recinto amurallado, que era denominado como “La Sinagoga”. Una vez levantado su muro de cierre se colocaron, a ambos lados de la puerta de acceso, cuantas inscripciones se habían recogido, hasta entonces, en las dependencias municipales. Allí estuvieron, desde la inauguración del Jardín de la Sinagoga, en 1840, hasta que en 1901 se llevaron de nuevo al Ayuntamiento, pues la intemperie las estaba dañando seriamente.

Desde esta especie de “museo municipal”, al que tenían acceso los estudiosos y los eruditos locales, la colección fue trasladada al Palacio Episcopal, en base al acuerdo que el Pleno Municipal adoptó en sesión ordinaria celebrada el 19 de agosto de 1910.

La colección epigráfica municipal -compuesta por 36 lápidas, más aquellas que forman parte de la exposición permanente del Museo Romano, 9 en total- estuvo instalada, junto con las lápidas propiedad de la diócesis, en la planta sótano del Museo de los Caminos, dedicada al mundo romano. Allí permanecieron hasta el día 19 de abril de 2002 en que fueron recuperadas y trasladas a un almacén municipal.

En fechas próximas, la ciudad contará con un almacén visitable que albergará esta colección, la más importante del noroeste de la Península Ibérica.

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