Las vacaciones van llegando a su fin y la vuelta a la rutina está cada vez más cerca. Quedan apenas unos días para que empiece el nuevo curso escolar y, con él, el esfuerzo económico “extra” de las familias ya que éste que está a punto de comenzar se prevé que sea uno de los más caros de la historia. Todo sube y el material escolar no es una excepción. La implantación de la nueva ley educativa, la LOMLOE, en todos los niveles supone el cambio de todos los libros de texto y por lo tanto, no se podrá recurrir al programa Releo que hasta ahora facilitaba reutilizar los libros de un año para otro. A eso hay que sumar que los libros serán más caros debido al incremento de los costes de la materia prima.
De hecho, solo los libros de texto tendrán un coste cercano a los 400 euros para los estudiantes de Secundaria y de unos 300 euros para los alumnos de Infantil y Primaria. “Todas las familias que se podían beneficiar de un banco de libros o un Releo ya no lo pueden hacer. Es un mayor desembolso, además de la incertidumbre de si les llegarán a tiempo ya que las editoriales también han tenido que ponerse al día”, explica David Cerrato, quien regenta un establecimiento dedicado a la venta de material escolar en Palencia.
También desde una librería palentina reconocen que de cara al curso 2023/2024 cada libro costará unos 30 euros por lo que, en total, los padres tendrán que desembolsar unos 300 euros por hijo. Es una cifra que varía en función de cada centro. “En los colegios bilingües suelen pedir algún libro más y eso encarece el pedido” explica su propietaria Maribel Iglesias.
Este incremento no ha dejado indiferente a nadie. “Han cambiado todos los libros. Hay niños que, antes con sus hermanos, o bien podían aprovecharlos o tenían la opción de acogerse al programa Releo, pero este curso con la nueva ley son todos nuevos” asegura Iglesias.
Esto sin contar con que en los últimos meses se ha disparado el coste de la celulosa, del plástico y de la tinta. “¿Qué pasó el año pasado? Que teníamos stock. Así que incrementamos un poquito el precio de lo que había en almacén y bajamos un poco el coste de lo nuevo, y pudimos encontrar un equilibrio. Pero este año ya no es posible. Estamos hablando de cuadernos que valían 3,20 o 3,40 han subido a 4,95 o 5,95. Es una diferencia abismal y más teniendo en cuenta que no sirve con comprar solo uno” lamenta Cerrato.
Lo cierto es que también desde los centros intentan colaborar y, sobre todo, en los cursos de Infantil, los docentes han optado por eliminar algunos bloques del trimestre de los libros y lo completan con “fichas” para intentar que la compra sea más barata. También muchas librerías intentan “ayudar” y atraer a un mayor número de clientes con ofertas o promociones que puedan abaratar la vuelta al cole. “Nosotros les damos el diez por ciento de ese coste para invertir en material. La gente lo sabe y por eso vienen” reconoce Iglesias.
Pese a todo, es muy difícil ahorrar en los libros y abaratar la factura. Los únicos que pueden prescindir de este coste son los que, por nivel adquisitivo, pueden optar a una beca. De hecho, la Junta ya resolvió la primera fase del plan Releo en el mes de julio permitiendo el acceso a libros de texto gratis a 78.000 familias en Castilla y León y ahora serán, tal y como avanzó la consejera de Educación, los propios equipos directivos de los centros los que se encargarán de identificar a las 14.000 familias que no puedan acceder a los libros de texto y canalizar la ayuda de dos millones que el Ejecutivo regional destinará a financiarlos.
Pero en general, es una temporada “muy complicada” para las familias y también para los negocios donde se vende el material escolar. Las dificultades económicas están incluso cambiando los hábitos de la vuelta al cole. Desde los comercios recuerdan cómo hace tres o cuatro años, las familias adquirían todo lo necesario para el curso con mucha más previsión. “Ahora se espera hasta el último momento”. “Como mucho te piden que se lo vayas reservando pero prefieren ir haciendo el desembolso poco a poco. Venimos de las vacaciones más caras de la historia, y lógicamente no nos queríamos quitar de viajar” reconoce Cerrato tras el mostrador de su tienda al tiempo que reconoce que, teniendo en cuenta la coyuntura económica, “no todas las familias pueden permitirse comprar todo nuevo”. “Los pequeños lo destrozan más pero entre los mayores se puede reutilizar y si tienen algún capricho de algo más específico se les suele decir que pueden esperar, por ejemplo, a pedírselo a los Reyes Magos”.
Desde las librerías sí que reconocen que en su caso, las reservas se suelen hacer en el mes de junio cuando los centros hacen entrega del listado para “poder irse tranquilos de vacaciones y despreocuparse”. “Nos la dejan y se olvidan. Es lo más cómodo”. Sin embargo, ahora en septiembre es cuando llega el momento de pagar y al desembolso de los libros de texto hay que sumar el coste del resto del material. “Tener hijos es muy costoso. A veces la gente no se hace una idea de lo que supone y si tienes más de uno, hay que hacer malabares para poder llegar a todo”, lamenta Rosa mientras hace cola para recoger los libros de texto de sus dos hijas.
También “más lenta” que otros años va este verano la venta de mochilas. Desde los establecimientos lo achacan a que durante la pandemia con las clases telemáticas no fueron necesarias y una vez retomada la docencia presencial, “se vendieron muchas”. “Por eso este año los niños las tienen casi nuevas y apenas se están vendiendo”.
En el caso de los babis, es más habitual dejarlo para el último momento. Marta Delgado regenta una tienda de textil en Palencia y reconoce que “siempre o casi siempre es de lo último que se compra”. Además, el uso del babi es recomendable solo en los primeros años de infantil. “Antes se utilizaba durante más cursos pero ahora ya no y eso se nota mucho en el volumen de ventas”. Ocurre lo mismo en todas las prendas bien sean babis, uniformes o zapatería. Aunque los precios han subido respecto a otros años, lo han hecho en menor medida que el resto del material escolar.