No son pocos los cuentos , ni pocos , los rosarios que le siguieron ….
Tras Engracia ,van unos cuantos fieles , calle abajo , hasta la Ermita.
Allí , casi pegando a la huerta inmediata, luce una hilera de chopos bien plantaos.
Por entre los troncos alineados se filtran los primeros rayos del amanecer.
¡¡¡Bendito sea el señor !!!, clamó Engracia , mirando al chopo.
La fiel comitiva se arrodilla mirando al milagroso lugar .
Las ramas y las hojas de aquellos árboles se agitaban con la brisa mañanera , sombreando el baile de luz , entre los troncos plateados.
Engracia apunta al chopo con su mano … ,mientras una especie de corriente, recorre su cuerpo,hasta las mismas galochas , volviendo pa arriba …, hasta los nudos del pañuelo.
El silencio abraza suavemente… al tiempo que Engracia, parece vagar por algún sueño extraño.
El sol avanza …, ¡despertando a los fieles de aquel trance ! llevándose la imagen de nuestra Señora … hacia los últimos Robles del Chano.
La imagen de la Virgen sobre aquel chopo procuraba desvelos , conmovía de tal modo , que parecía aparecerse hasta en la cuadra y ¡algún corral en el monte !, sin duda , aquel fenómeno, atrajo buenas procesiones y rezos.
A veces en procesión, como las ánimas inquietas , en busca de alguna señal , o como el búho , torneando el pescuezo, al acecho de madrugadas .
Y de madrugadas fueron las penitencias en los silencios , cuando atraen más silencios, donde solo danzan las nublos y esperanzas .
Lo único, que en días nublados, no había rastro de ella .
( Suceso ocurrido en la localidad de Molinaferrera, en los chopos que lindan ,con las huertas de la Ermita)
Isasy Cadierno
Excelente cuento que nos acerca una vez más a tradiciones ocultas en la memoria del tiempo. Enhorabuena a la autora por su dedicación a la recuperación de la cultura olvidada de nuestros ancestros.