La violencia como normalidad; eso es lo que las personas más jóvenes, las niñas y los niños ven cada día sin que nadie les advierta que se trata de una aberración. En cambio, permitimos que se introduzca en sus vidas a través de los videojuegos, de la televisión, de actos cotidianos sin tomarnos el tiempo para recordarles que la violencia no puede verse como algo normal y que hay que oponerse en todo momento a los actos violentos, desde los más pequeños y no visibles como insultos, desprecios o discriminaciones hasta los más terribles e irreversibles como son los asesinatos de mujeres en cuya memoria nos concentramos los martes en la Plaza Mayor de Astorga, para recordarlas primero y para hacer patente nuestra oposición.
Algunas personas pensarán que no hace falta, que todo el mundo está en contra de la violencia machista y no es necesario mostrarlo, ya que se da por supuesto. Dos grandes errores, el primero es que no todo el mundo está en contra de la violencia machista porque si así fuera no tendríamos que acudir a la plaza de la ciudad casi cada semana para recordar una mujer asesinada, o en los juzgados no se acumularían cada año más denuncias por violencia machista, incrementándose ante nuestro asombro y terror los casos de violencia entre la población más joven.
El segundo error es pensar que no hace falta demostrar nuestra repulsa; hace más falta que nunca, porque el silencio nos hace cómplices y no promueve cambios. Si verdaderamente estamos en contra de la violencia machista hay que verbalizarlo, hay que decirlo, hay que oponerse, en todos los lugares, en las plazas donde se celebren concentraciones de repulsa, pero sobre todo en nuestro círculo más próximo, en nuestra casa lo primero, en el trabajo, en los centros educativos y en la calle, porque si dejamos pasar cada pequeño acto de violencia sin oponernos, pensando que no tiene importancia, consentiremos que, como ya está ocurriendo, se normalice la violencia como comportamiento y se agrave con el tiempo hasta tener que volver a concentrarnos por el asesinato de una mujer. Las personas que nos manifestamos mostrando nuestra repulsa no queremos tener que hacerlo, pero no callaremos mientras se produzcan actos de violencia machista, porque las queremos vivas.
Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y Contra la Violencia