La suerte sonríe por partida triple a la provincia de León pero pasa de largo por Astorga

El responsable de la administración, Carlos Manso, celebró con su familia y con los presentes el reparto de esos cuatro millones de euros cuyo destino, recalcó, desconoce. Su mujer tenía el convencimiento, luego confirmado, de que no habían ido a parar a una sola persona. Así, pudo saberse que dos de esos diez agraciados décimos viajaron a tierras gallegas llevados por un trabajador de una oficina de Boñar. Del resto, de momento, nada se sabe.

Ello no impidió que los clientes de la administración y vecinos del entorno celebrasen ese primer premio con risas, cantos y champán. “¡Ay, qué alegría, qué rico sabe y más hoy!’ decía el entusiasmado vendedor que, bien preparado para la ocasión, no tardó en lucir una camiseta con el lema ‘Primer premio vendido aquí’.

Boñar repite fortuna

Él no regentaba entonces la administración, pero ya en 1988 el Gordo de Navidad fue vendido en ese establecimiento -de aquella se repatieron 250 millones de pesetas-, que en 2009 también resultó agraciada con un quinto premio y en 2013 con un cuarto. Manso reconoció que venden lotería a gente de muchos sitios por lo que aunque su deseo es que el dinero se quede en el pueblo o en la comarca, es posible que no haya ocurrido así.

En día de mercado, Boñar vivió hoy su momento de gloria mezclado con la curiosidad de todos por conocer la identidad de alguno de los premiados. Además, otro establecimiento de la localidad, el Bar Central, vendió también algún décimo del segundo premio.

Y si la Montaña Oriental se llevó un pellizco del Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad, la mayor cantidad repartida este 22 de diciembre en la provincia leonesa no salió de la capital, en concreto, de la pedanía de Armunia. Allí, en el bar de la residencia de mayores se vendieron los décimos de 30 series del número 07617, un cuarto premio por el que se recibirá un total de seis millones de euros.

Los sueños se cumplen

Loli Martínez, responsable de la Administración número 17 de León fue quien vendió el número a la joven Jessica García, que regenta el bar junto a su pareja. “El número no me gustaba y pensaba que no iba a tocar hasta que anoche tuve el sueño de que tocaba algún premio. Los sueños se cumplen”, declaró emocionada.

Junto a ellas, el primer ganador que pasó por allí, décimo en mano, a compartir su alegría. José Luis Aller, de 75 años, separado y padre de tres hijos, aseguró que sus descendientes no van a beneficiarse del premio. “Llevo once años en la residencia y no han venido a verme”, comentó.

Ya en el actual hogar de numerosos mayores, la alegría iba creciendo por momentos a medida que la noticia era conocida por todos. Los trabajadores no ocultaban su contento por el premio de 20.000 euros al décimo que en muchos casos compraron a medias. “Estamos atacadas. Tenemos cinco o diez euros y mira cómo estamos, si nos toca algo más gordo, nos morimos”, comentaron algunos de ellos. También la directora del centro, Puri Domínguez, expresaba su satisfacción. “Es la primera vez que ocurre y es una gran alegría; está muy repartido”, dijo.

Isolina, berciana del municipio de Cacabelos de 88 años, no ocultaba su alegría mientras esperaba recibir noticias de sus familiares. “Verás qué pronto llaman”, ironizó. Más contenido, casi sin inmutarse y sin moverse de una silla, Bernardo Núñez, de 95 años, explicaba que él compró tres décimos, dos de los cuales son para sus hijos y nietos. Y sin inmutarse, otra residente que paseaba por el entorno del edificio, aseguró que “no sé si me ha tocado pero yo ahora no vuelvo a mirar. Si me ha tocado, nadie me lo va a quitar”. Además, de la residencia, el premio llega a numerosas familias de Armunia, muchas de ellas de etnia gitana y condición muy humilde, recordaba la responsable del bar, que aseguró que algunos de los compradores pagaron el décimo a plazos.

El segundo premio también quiso dejar su huella en la provincia leonesa. En la capital, el despacho ubicado en El Corte Inglés y otro situado en un bar de la glorieta de Pinilla vendieron algunos décimos, expendidos por máquina. Manuel Martínez, regente del segundo establecimiento, llamado ‘El café de la suerte’, reconoció su satisfacción y aseguró no tener ni idea de quién o quienes fueron los compradores que se llevarán 125.000 euros por cada uno de ellos.

También en El Bierzo

La lotería de la Navidad pasó este lunes por la comarca del Bierzo a través de la máquina, que fue la encargada de repartir la suerte con el reparto de décimos del segundo premio, con el número 92845, en las administraciones del estanco de Cuatrovientos y de la plaza Mayor de Villafranca del Bierzo, en la librería Nieto. También se repartió un décimo a través de terminal del 6.009, agraciado con un cuarto premio, en el estanco de Páramo del Sil.

Unos “pellizcos” en el sorteo que sirven para devolver la ilusión. Así lo piensa la propietaria de la Administración de Lotería de Cuatrovientos, Aurora Valcarce, que confesó estar “muy contenta y muy nerviosa” por ese décimo vendido del 92845 y que celebró, como es habitual, descorchando una botella de champán a las puertas del establecimiento.

“Es de máquina está por terminal, le das automático y te da el número que quiere”, aseguró Valcarce, que reconoce que es la primera vez que reparte un premio importante de la lotería de Navidad, aunque recuerda que en una ocasión repartió “más de 100.000 pesetas” en una Quiniela. Autora lleva 20 años al frente de este establecimiento, que antes fue de sus padres y que lleva abierto unos 60 años.

En Villafranca, el regente reconoció que no sabe dónde han podido ir a parar esos 125.000 euros con los que está agraciado el segundo premio, ya que es una administración ubicada en pleno Camino de Santiago. “Yo no me atrevo a decir donde ha podido ir, aquí pasa mucha gente de sitios muy distintos”, añadió.

Muy satisfecha por haber contribuido también ha dejar algo de “suerte” en una cuenca minera como la de Páramo del Sil es la lotera del su estanco, que no sabe quien es la persona que ha ganado ese cuarto premio pero “estoy muy satisfecha de que venga dinero aquí” porque, apostilló, “esta zona con el cierre de las minas se ha quedado muerta”.