Ni las malas condiciones meteorológicas evitaron que se pusiera en marcha la II Senda Poética ‘Leopoldo Panero’ en recuerdo al autor. Localidades de la Maragatería, Sequeda y Vega del Tuerto recibirán a los caminantes entre este viernes y sábado. Como no podía ser de otra forma, la Casa Panero de Astorga acogió la salida de esta actividad a las 9:00 horas de la mañana.
Al acto acudieron el alcalde de Astorga, Arsenio García, el teniente de alcalde, Pablo Peyuca, y la concejala de Turismo, Silvia Cobos. Precisamente, ésta última fue la encargada de agradecer la participación en esta actividad a todos “los amantes de la poesía y en especial de Panero”, aunque apuntó que “en esta edición añadirán a otros poetas”. “Se puede hacer Turismo a partir de la cultura”, concluyó Cobos.
En un lugar vinculado a Leopoldo Panero, como es la casa en la que vivió en Astorga, se produjo la primera recitación de versos del autor. Tomó la palabra Armando Miguélez, uno de los promotores de esta idea, y le siguió el propio Arsenio García con un poema de Marco Jerez dedicado a la figura del autor y escrito desde Tucson, Arizona.
En la jornada de este viernes, la senda poética de Leopoldo Panero se encaminará hacia la Maragatería. Val de San Lorenzo será su primera parada con una visita a la Comunal y el recibimiento por parte del alcalde del municipio. Seguirán por Valdespino de Somozas, Lagunas de Somoza -donde realizarán un descanso- y Santiagomillas, donde Sindo Castro, alcalde del municipio, y la corporación de Astorga les esperarán a eso de las 20:00 horas de la tarde.
No acaba aquí la senda poética. Durante el sábado se adentrarán en la Sequeda y en la Vega del Tuerto. Pasarán por Curillas, Tejadinos, Tejados, Penillas, Bustos, Matanza y Valderrey, donde Gaspar Miguel Cuervo, alcalde del municipio les recibirá. A partir de aquí llegarán a la Vega del Tuerto en Riego de la Vega, San Félix de la Vega, Carral de la Vega y finalizarán en Castrillo de las Piedras -todos estos pueblos están descritos en los poemas ‘El peso del Mundo’ y en el ‘Pequeño Canto a la Sequeda’ de Leopoldo Panero-.