La ruta de los mayos ya es una realidad

Varios ayuntamientos, juntas vecinales y asociaciones de vecinos y culturales se unen para ir de la mano en la promoción de una ruta que recoge la tradición milenaria de los mayos

La iniciativa que surge de las asociaciones de la Cabrera alta del municipio de Truchas, ha conseguido aunar fuerzas para que varias asociaciones y vecinos de las diferentes localidades de La Bañeza, Santa Elena de Jamuz, Castrocalbón, Castrocontrigo, y el propio Truchas, planten sus mayos y unirlos en una ruta que podrá visitarse a lo largo del mes de mayo.

La ruta comienza en la localidad de La Bañeza donde se podrán ver hasta 9 mayos en las diferentes localizaciones de su casco urbano. Este año, en el museo de la localidad, el Centro de Interpretación de las Tierras Bañezanas (CITBA), se expondrá una muestra de fotografías y carteles de mayos de años anteriores.

El edificio que acoge la antigua fábrica de harina restaurada y el Centro de Interpretación de La Bañeza es también la sede de La Oficina de Turismo Municipal. En el mismo municipio hay otros museos como el Museo Alhajas en la Vía de la Plata, o como el Museo de la Alubia, situado en el mismo edificio donde se encuentra la sede del Consejo Regulador de la IGP Alubia de La Bañeza.

El siguiente punto de la ruta es el municipio de Santa Elena de Jamuz, donde la tradición renovada de los mayos se convierte en puro arte y es una de las manifestaciones declaradas de Interés Turístico Provincial. Los vecinos de Santa Elena de Jamuz reciben el quinto mes del año sacando a la calle sus mayos, un total de 27 entre las localidades de Jiménez, Villanueva y Santa Elena.

El recuerdo de oficios ya perdidos y de antiguos personajes conocidos en el municipio se completa con alusiones a temas de actualidad en estas propuestas a medio camino entre el arte y la tradición, que permanecerán expuestas al público hasta el día 31 de este mes.

La variante establecida en el municipio de Santa Elena de Jamuz es la utilización del barro, siguiendo la secular tradición alfarera de este mismo lugar, para modelar distintas figuras o conjuntos escénicos. Hay que resaltar la gran aceptación que estos mayos calificados como “artísticos”, han tenido en general entre la población del municipio extendiéndose incluso a otras localidades cercanas, suscitando una gran participación popular y dando origen a una competición entre los distintos barrios del mismo pueblo.

También se da como hecho positivo el que algunas localidades del municipio, como es el caso de Santa Elena y Villanueva de Jamuz, además de incorporar los “mayos artísticos” mantengan al menos un “mayo” tradicional en la modalidad del “mayo monigote”, característico de esta zona otorgándole un nombre de raigambre popular ‘Cirilo’, en Santa Elena, y ‘Evaristo’, en Villanueva.

En la localidad de Jiménez se encuentra uno de los museos más particulares de la provincia con una gran gama de formas, de carácter más bien utilitario que ahora se muestran y se elaboran en el Alfar-Museo donde el visitante puede ver, expuestas en vitrina, vasijas de alfarería tradicional leonesa, gallega o zamorana.

Continuando en dirección sur se encuentra la localidad de Castrocalbón, donde a las puertas de su museo, en la calle Las Escuelas, se erigirá el mayo que organizará la propia asociación de amigos del museo. Este museo tiene dos zonas diferenciadas, la zona arqueológica, formada por piezas originales que van marcando la historia desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Contemporánea y la zona etnográfica, donde se puede conocer o recordar aquellos útiles y herramientas utilizadas por los abuelos en sus tareas diarias en la agricultura y en la ganadería. También hay objetos representativos de otras actividades como las fraguas, los molinos, las carpinterías o las herrerías.

Cartel Mayos Castellano

En el municipio de Castrocontrigo se encuentran tres localidades y por este orden en el sentido de la ruta colocan sus mayos, Nogarejas, Castrocontrigo y Torneros de la Valdería, cada uno de ellos con su particular mayo. La junta Vecinal de Nogarejas ha realizado este año el esfuerzo de recuperar la tradición, mientras que en las localidades de Castrocontrigo y Torneros la han mantenido hasta la actualidad.

En la localidad de Nogarejas se encuentra el Centro de Interpretación de la Resina de Nogarejas, un museo acogedor como la localidad donde los lugareños hacen gala de sus singularidades como la resina. También de su lenguaje autóctono, su fauna y flora específica, y la grandeza de los recuerdos de niñez o de las mujeres ligados a los pinares.

El centro, da la bienvenida al visitante con un documental de Amando Casado y Jesús Palmero. Artistas que han plasmado la esencia del oficio y de la zona. En la película se trata de revivir lo que era el antiguo trabajo a través de entrevistas. En ellas los hombres van narrando el día a día de la profesión, sin olvidar que las condiciones climatológicas no importaban. El centro tiene un importante valor didáctico, desgrana la fauna y la flora del lugar y utiliza el lenguaje propio de la zona. Se valoró cada especie y cada planta, el tomillo, la urz o la trucha del Eria, pasando por el aguilucho y las ardillas que asoman en los pinares.

La localidad de Castrocontrigo se encuentra íntimamente relacionada con la industria del chocolate. Así los hermanos Fernández continúan en la actualidad con la tradición heredada de su abuelo, un emigrante en Argentina, que regresó a su tierra con la idea de fabricar chocolate “a brazo”. Esta fábrica de chocolate se lleva dedicando, a lo largo de tres generaciones, a elaboración artesanal de productos derivados del cacao, convirtiéndose en sinónimo de calidad en la industria chocolatera leonesa. Tal es la importancia y popularidad que ha venido teniendo esta industria, que en la localidad se ha construido un edificio que alberga un ” Museo del Chocolate”. En él, a parte de la diversa maquinaria tradicional, se encuentran con todo lujo de detalles las explicaciones sobre el proceso de elaboración del chocolate.

Una vez pasado Torneros de la Valdería siguiendo el curso del río Eria y en el kilómetro 13 de la carretera LE-126  nuestros pies pisan tierra cabreiresa, terreno muy montañoso y de bruscos contrastes entre cumbres que superan los 2.000 metros y valles con altitudes por debajo de los 500 metros, entre las más bajas de la provincia. La Cabrera posee enclaves con paisajes peculiares, con valores naturalísticos, históricos y monumentales, lugares donde se funden lo natural, lo mágico y lo bello.

El primero de los pueblos que este año ha recuperado la tradición del mayo es Quintaniella de Yuso, Quintaniella en cabreirés y que surge al lado derecho de la Carretera, parada indispensable para visitar una figura de un posible dolmen, varios grabados y petroglifos que podrían constituir un ídolo megalítico según el investigador cabreirés Sergio Carracedo, aparte del patrimonio romano que abunda en toda la comarca.

Siguiendo hacia Truchas, o Trueitas como siempre dijeron los vecinos de la zona, se encuentra el mayo al lado del Ayuntamiento, junto a la parada de bus. Es aquí donde la ruta se dirige hacia Truitiellas, Truchillas en Castellano,  un pequeño pueblo que conserva la arquitectura fiel reflejo de la arquitectura comarcal. En esta localidad es de visita obligada el lago del mismo nombre y que el año pasado cumplió 25 años de su declaración como Monumento Nacional.

La última localidad de la ruta, La Cuesta, origen y promotora con el resto de asociaciones y vecinos de Cabrera alta de recuperar la tradición de los mayos para dar visibilidad a todo el valle del Eria. Iván Martínez Lobo, uno de sus responsables, manifestó que “Asperamos que p’outros añus, mueitos mas llugares sigan los ñuesos pasos. Queremos xuntarnos cun todu aquel que lluite pula cultura de los puebros”. En esta localidad, donde los vecinos han conformado un museo agrícola por las ‘caleyas’ y en una antigua fragua, puede verse también un castro romano y un molino en perfecto estado, ambos señalizados desde el centro del pueblo.

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