Castilla y León continúa adelante con el proceso de concentración parcelaria que aún tiene pendientes un total de 1,8 millones de hectáreas en todas las provincias de la Comunidad, lo que supone un 32,88 por ciento del total de la superficie concentrable. Los trabajos han concluido en más de 3,8 millones de hectáreas, a las que habría que sumar más de 206.000 que ya han superado la fase de replanteo pero que aún no disponen de acta de reorganización, lo que deja una superficie total concentrable que supera los 5,7 millones de hectáreas.
Así lo recoge la Memoria 2016 elaborada por la Dirección General de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias de la Consejería de Agricultura y Ganadería, que pretende resumir la situación de la concentración parcelaria a 31 de diciembre de 2016 después de las actuaciones acometidas para la obtención de explotaciones agrarias con una estructura territorial y productiva “acorde a los grandes cambios que ha sufrido la agricultura en estos últimos años”, dicta el documento.
Dentro de las actuaciones ya concluidas, el 94,99 por ciento corresponde a concentraciones, mientras que el 5,01 restante se debe a reconcentraciones. Al margen de la superficie en la que ya han finalizado los trabajos de concentración, hay otros terrenos que se encuentran en proceso y en los que se sigue avanzando. Según este informe, están en fase de bases -desde la declaración de utilidad pública hasta el proyecto-, un total de 89.905 hectáreas en la Comunidad, en su mayoría en las provincias de Burgos (27,2 por ciento), Palencia (24,8 por ciento) y Soria (20 por ciento).
La memoria cifra en 75 las zonas en las que se está actuando en concentración parcelaria desde la fase de utilidad pública hasta el acuerdo –primeras concentraciones-, con una superficie de 171.564 hectáreas, lo que supone un 77,79 por ciento del área total en el que se está trabajando –el resto son 48.976 hectáreas de reconcentración- en la Comunidad. Además, son otras 2.667 zonas las que ya se dan por concluidas en este análisis –por haber superado la fase de acuerdo- de las 2.742 de toda Castilla y León.
Reconcentraciones
Dentro del proceso de reconcentración parcelaria, según la memoria se está actuando en un total de 48.976 hectáreas en alguna de las fases desde la oren de utilidad pública hasta el acuerdo, en su mayoría en fase de bases. Este proceso se está llevando a cabo en aquellas zonas que van a ser objeto de transformación en regadío o modernización de los ya existentes; en las zonas de secano con problemas derivados el exceso de parcelación o malos accesos a los terrenos; en municipios afectados por grandes infraestructuras públicas como son las obras de autovías o del AVE.
En concreto se está actuando en 77 zonas de las que 58 se dan por finalizadas por haber superado la fase de acuerdo, y 19 se encuentran en alguno de los procesos comprendidos entre la fase de declaración de utilidad pública hasta la fase de acuerdo.
Ejecución desigual
La ejecución de la concentración parcelaria es muy desigual entre provincias de Castilla y León. Mientras en provincias como Valladolid apenas queda de ejecutar un 5,4 por ciento o un 12,7 por ciento en Palencia, hay otras en las que la superficie pendiente supera la mitad. Es el caso de Salamanca, con un 50,32 por ciento, el 57,25 por ciento en León o el 62,2 por ciento aún pendiente en Ávila.
En la provincia en la que más se está actuando, según la Memoria de 2016, es en Palencia, en concreto en 36.241 hectáreas, seguida de Burgos, con 33.641; Soria, con 24.354; y Zamora, con 23.696. Le siguen León, con 18.479 hectáreas objeto de actuación; Salamanca, con 17.286; y Segovia, con 13.415. Muy lejos se sitúa Ávila, con 4.452 hectáreas, mientras que en Valladolid no se están ejecutando actuaciones correspondientes a primera concentración.
Las reconcentraciones también son dispares, y mientras que en Ávila, Burgos o Zamora no se está llevando a cabo ninguna, en el caso de Salamanca los trabajos se están centrando en la zona regable de La Armuña. La mayor superficie de reconcentración objeto de trabajos en Castilla y León se sitúa en Segovia, con 13. 934 hectáreas, seguida de Valladolid, con 9.900; León, con 7.840 y Palencia con 7.514. Soria, con 1.544 hectáreas es en la que menos se actúa en materia de reconcentración.
Organizaciones profesionales
Las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAs) coinciden a la hora de apuntar a las concentraciones y reconcentraciones como “una de las mayores necesidades” que tiene el sector en materia de infraestructuras, al tiempo que destacan la importancia de acometer reconcentraciones, ya que muchas de las concentraciones se encuentran “obsoletas” al haberse acometido hace casi medio siglo.
El presidente de Asaja, Donaciano Dujo, recuerda que Castilla y León “se concentró en los años 60 y 70” pero apostilla que ahora se dispone de maquinaria “más grande” y las fincas han cambiado “tanto en secano como en regadío”, además de que se ha reducido el número de propietarios y de agricultores. Para Dujo, las concentraciones tendrían que acometerse “a nivel de comarcas para que sea mucho más efectiva la concentración o reconcentración y se adapte más a los agricultores”. Por todo ello, desde Asaja piden a la administración que “potencie al máximo” estos modelos de concentración “para concentrar o reconcentrar la mayor parte de los territorios de Castilla y León” porque lamentó que se está haciendo “mucho menos de lo que sería necesario”.
En la misma línea se expresan los miembros de la Alianza UPA-Coag. El secretario general de UPA en la Comunidad, Aurelio González, califica como “prioritarias” las concentraciones y pide su continuidad ya que hay muchas zonas donde “no se está avanzando lo suficiente”. Además, y en relación al nuevo decreto, considera que tendrá que “potenciar” y trasladar a las comarcas la importancia de las reconcentraciones “donde se hicieron antaño” y supondrían “poco coste” al estar ya hechos los caminos, que ahora “podrían arreglarse”.
El coordinador de Coag en Castilla y León, Aurelio Pérez, aboga también por mayor número de concentraciones, aunque reconoció que es algo complicado “cuando en algunos sitios no se ha empezado”. Pérez lamenta que se trate de procesos “largos, lentos y tediosos” que tendrían que avanzar “más deprisa” y ser “más efectivos” porque “no podemos estar en estas situaciones donde nos cogen los cambios de dos reformas de la PAC para una misma concentración”, asegura. Y aunque defiende la propiedad, puntualiza que tiene que hacerse “una priorización” porque la actividad y la producción “no puede estar sujeta a decisiones de personas que no viven de la agricultura”, señala.
Por su parte, el coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, entiende que la concentración parcelaria en Castilla y León “lleva mucho retraso” además de que muchos pueblos esperan estos trabajos ya que disponen de los que se hicieron hace años y están “obsoletos”. Si a eso se le suma la nueva maquinaria, Palacín señala a un aumento de los costes de producción, aunque reconoce que la ejecución de obras ha caído entre un 30 y un 40 por ciento en los últimos años como consecuencia de la crisis.