La Policía Nacional de Astorga se ha vestido de gala para recuperar la festividad de sus patronos, los Ángeles Custodios, ya que el pasado año, debido a la pandemia, no pudieron conmemorar su día.
El comisario de la Policía Nacional, Francisco Cabero, ha anunciado que este será el último año que estará al frente de la comisaría de Astorga, ya que en enero del año que viene se jubilará.
Cabero ha comenzado su intervención recordando a todas las víctimas del COVID y ha agradecido a todos los compañeros que han estado a su lado, esperando que esta buena sintonía se mantenga con su sucesor.
El comisario ha hecho un repaso por la historia de la comisaría de Astorga, poniendo su origen en noviembre de 1910, en unos locales de la escuela pública. Esta no se consolidó en la ciudad hasta 1925, ya que hubo varios intentos desde León de hacerla desaparecer.
En cuanto al nivel de delincuencia, ha asegurado que la bimilenaria “se mueve en los parámetros de los años anteriores, no ha habido hechos relevantes, Astorga sigue siendo una ciudad tranquila”.
Tras este discurso, han entregado dos condecoraciones, dos cruces al mérito policial con distintivo blanco a Félix Tejerina Riaño y Julio Malillo Cabezas.
También han reconocido la labor de la Guardia Civil y a la Policía Local de la ciudad.
Además, como este es el sexto año que utilizan las instalaciones del Conservatorio ‘Ángel Barja’ para este acto, se lo han querido agradecer a la directora.
Por último, han alabado la labor de la asociación ASEMAC.