La Peseta

Desde que el periodista tiene uso de razón, recuerda con mucho cariño aquellos cumpleaños de su madre en torno a una larga mesa en el restaurante La Peseta -la antigua- en la calle Señor Ovalle, que fue un alcalde astorgano para quien no lo sepa.

Y no sólo para esta familia, sino para decenas de familias astorganas de bien más, La Peseta, con la abuela Irene Alegre al mando, era toda una prolongación del comedor de las casas; eso sí, reservada a cuando se celebraba algo grande o cuando apetecía comer de postín.

Viajantes, turistas, personas de paso y pelaje que había oído hablar de él también todo hombre de negocios sabía que el restaurante La Peseta era garantía de calidad y precio en eso del buen comer en Astorga.

 

La cuarta generación y con más de cien años de existencia mantienen vivo el negocio de buen hostelero y mejor restaurador. Balbi sigue de relaciones públicas y lo que haga falta. Y sus hijos: Jorge, Ramón e Irene han tomado el relevo en el edificio que hace años se trasladó a la Plaza de San Bartolomé, esto es, pegado al antiguo pero al otro lado de la manzana. Más moderno y funcional, pero con el mismo toque y esmero de siempre.

El hostal cuenta con una clientela de lo más variopinto: mucho peregrino buscando comodidad y familias a las que les gusta disfrutar unos días de Astorga y sus comarcas. En el Restaurante, «la casa de la moneda» como decían los del campeonato de mus entre el Cuartel y los civiles, curiosa confrontación pacifista, uno acierta seguro en la estupenda carta y los productos de temporada que saben ofrecer con exquisita profesionalidad.

Lorenzo López Sancho, Martín Descalzo, los Revillo, Gullón, Alonso Luengo, Panero y tantos y tantos prebostes del periodismo y las letras nacionales realizaban memorables sobremesas con el ABC bajo el brazo.

En ABC

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