La peña GPS se hace con el ‘I Grand Prix ciudad de Astorga’

Tres peñas, tres equipos, seis participantes por grupo, un buen puñado de pruebas y las vaquillas haciendo lo suyo en la plaza. La combinación perfecta para organizar el ‘I Grand Prix ciudad de Astorga’. La peña GPS se impuso a los participantes de Atenea y Paquito’s Party llevándose a casa unos merecidos jamones.

Habilidad, humor y ciertas dosis de valor

Como en todo espectáculo veraniego de estas características no faltaron las pruebas en las que los participantes tuvieron que demostrar velocidad, reflejos y habilidad. Ahora bien, cuando la vaquilla entraba en escena para dificultar las cosas todo se hacía un poco más complicado para los concursantes. Naturalmente también mucho más divertido para la algo menos de media entrada de peñistas que disfrutaron de los juegos en sombra.

Los organizadores del evento, Talento Castellano, dispusieron hinchables y plantearon pruebas con las que ir consiguiendo puntos para hacerse con los seis jamones en juego. Así mismo un pequeño corral donde se realizaron algunas de las pruebas estaba bien defendido por la “vaca” que dejó a más de uno sentado y bien revolcado.

GPS, jamón por los pelos

Tras disputarse todas las pruebas en un espectáculo que rondó las dos horas, los tres equipos participantes mostraron un tanteo bastante ajustado. 11 puntos para Atenea, 13 para Paquito’s y tan sólo uno más, 14 para los vencedores del Grand Prix, los peñistas de GPS. Los campeones del primer premio quisieron tener un detalle con los organizadores de Talento Castellano, que velaron por que todas las pruebas fuesen tan divertidas como seguras, y recibieron de manos de los participantes de GPS uno de sus jamones.

Una tarde distinta en la plaza de toros de la ciudad. Calurosa, como las tardes de toros y con vaquillas de por medio ya se sabe, divertida. Al finalizar se soltaron dos “vacas” en la arena para que los más valientes se atreviesen a echar unas carreras y a intentar unos recortes. No se le dio igual de bien a todos. Excepto a la vaquilla, que esa siempre sale con la lección bien aprendida.

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