La mujer reconstruye el suceso en el lugar de los hechos. / QUINITO
En la noche del pasado martes, dos hombres asaltaban y secuestraban a un mujer de Fabero mientras paseaba a su perro, introduciéndola contra su voluntad en un vehículo, en el que la habrían trasladado a un domicilio de Bembibre, donde fue objeto de abusos y vejaciones, y donde la rociaron con un líquido abrasivo, que finalemente se ha identificado como pegamento, en la vagina, según la abogada de la denunciante. Horas después fue abandonada cerca de la estación de trenes desnuda y golpeada. Aunque en un principio se apuntó a que el ex novio había sido uno de los autores del secuestro, pero la mujer afirma que no pudo verles los rostros, si bien asegura que sí fue él quien la agredió en el domicilio bembibrense.
Ello explicaría que la pulsera telemática de control que portaba el ex novio no marcara que el hombre había salido de Bembibre. En cuanto a la mujer, ella no portaba la pulsera pues la había dejado cargando la batería mientras paseaba al perro, según ella misma ha indicado.
Ahora, la mujer que fue secuestrada, en declaraciones a varias emisoras de radio y cadenas nacionales -en la foto, habla con Telecinco- se lamenta por haber denunciado. Asegura que “no habrá otra oportunidad”. Cree, ha explicado a Radio Bierzo, que si su presunto maltratador no vuelve a prisión se convertirá en una víctima más de las que conforman la lista de fallecidas por violencia de género.
“Ya no puedo más, quiero que me deje en paz. Me animaron para denunciarle. No tenía que haberlo hecho. Yo soy la que recibo las palizas, la que soporto que me vejen y la que tengo que aguantar que sólo me protejan si tengo que pasar por el hospital”, expresa.
“Si no me protegen, no volveré a poder contarlo”, afirma, al tiempo que pide protección no solo para ella sino también para su hijo, de 11 años. Y es que según ella, lo primero que le habría dicho su presunto agresor nada más verse habría sido: “¿ves, reina? ninguna pulsera te va a proteger a ti o a tu hijo’”.