La media provincia

 

En estos días se han comenzado a celebrar los 25 años del Estatuto mediante el cual se creó el Consejo Comarcal del Bierzo. Muchos de ustedes saben que medio en serio medio en broma me refiero a las nueve provincias y media en mis artículos para dejar clara la rareza administrativo-política de tal situación.

No cabe ninguna duda de que esta comarca leonesa, tremendamente lejos del centro de nuestra Comunidad, cuenta con todos los elementos para ser un lugar no mejor o peor, pero cuando menos, especial con respecto a otras comarcas castellano y leonesas.

En primer lugar, existe el hecho de haber sido provincia reuniendo sus zonas naturales, a saber, Bierzo, Laciana y Valdeorras con capital en Villafranca del Bierzo. Es algo que en la memoria colectiva de sus gentes permanece fresco y vigente como su este hecho hubiese acontecido ayer.

Provincia_del_Vierzo

Por otra parte, otro rasgo diferenciador es el habla gallega, que si bien solo es notorio en la vida cotidiana en la parte más occidental de la comarca, su influencia en medios de comunicación, modas, música, gastronomía e incluso la salida al mar para ocio o para negocio siempre mira a los puertos de La Coruña o Vigo y alrededores. Es más habitual encontrar a un berciano con un apartamento en las rías bajas o altas que en Torremolinos y Benidorm, por decir algo.

En plena Transición, con el auge de los localismos y regionalismos, el denominado bercianismo encontró su expresión política. En todo caso, fue el presidente Aznar, conocedor de la idiosincrasia berciana, quien otorgó el Estatuto comarcal, el único en toda Castilla y León, que reconocía a este “rincón” de la Comunidad con su personalidad administrativa.

Un cuarto siglo después, relegado a una figura simbólica, el Consejo sigue sin competencias propias. La pelota, a nuestro torpe entender, se encuentra en el tejado de municipios y mancomunidades bercianos.

En ABC

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