INFRAESTRUCTURAS

La Maragatería comunicará con el Bierzo por una nueva pista entre Lucillo y el Morredero

La inversión necesaria para crear el acceso, destinada al tránsito de vehículos, se estima entorno a los 40.000 euros, un dinero que pagará Lucillo si bien solicitará ayudas públicas con dicho fin a las administraciones superiores como la Diputación

El Ayuntamiento de Lucillo retoma su proyecto para unir la Maragatería y el Bierzo a través de un vial de nueva creación, una pista de unos quince kilómetros de longitud. El alcalde de la localidad maragata, Pedro de Cabo, ha explicado a Diario de Astorga que “se trata de una reivindicación histórica que ahora parece que por fin  se desbloquea”, indica, en relación a la buena acogida que ha tenido dicho plan en el Ayuntamiento de Ponferrada, concretamente en la concejalía de Medio Rural, que dirige Iván Alonso, edil de Coalición por el Bierzo, formación política en el Gobierno ponferradino junto al PP.  De Cabo y Alonso intercambiaron impresiones en la Romería de la Cruz del Ferro el pasado sábado, en la que ambos participaron.

La pista conectaría el término de Lucillo con la carretera que lleva al puerto de Montaña del Morredero, cuya estación de esquí también quiere revitalizar Ponferrada -dado que pertenece a su amplio término municipal- pasando por terrenos de Bouzas y Peñalba de Santiago, cuyas juntas vecinales ya  han dado el visto bueno al proyecto, aunque la aprobación definitiva se realizará, por escrito, en los próximos días.

La inversión necesaria para crear esta pista, destinada al tránsito de vehículos por lo que deberá tener un ancho y unas características especiales, se estima entorno a los 40.000 euros, un dinero que pagará Lucillo si bien solicitará ayudas públicas con dicho fin a administraciones superiores como la Diputación. El Ayuntamiento de Ponferrada se ha puesto a disposición del Ayuntamiento de Lucillo, especialmente en lo relativo al  entronque del vial con Bouzas.

El antiguo camino entre la Maragatería y el Bierzo a través de esta zona ya era utilizado por los monjes del Obispado de Astorga, fundamentalmente para desplazarse a Santiago de Peñalba y al Valle del Silencio. Este valle fue conocido por sus eremitas, anacoretas y cenobitas, que, a partir de los siglos VII y IX, establecieron en él su retiro.

 

 

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