La Diócesis de Astorga, en la provincia de León, informó hoy de que la investigación llevada a cabo por un presunto caso de abuso por parte de un sacerdote ya fallecido, “no ha permitido llegar a conclusión alguna por falta de elementos de prueba”.
En un comunicado emitido este jueves por la Diócesis, se relata que dicha investigación fue decretada por el obispo, Jesús Fernández, para “esclarecer lo ocurrido” después de que en el mes de enero recibiera una carta en la que se le trasladaba un presunto abuso producido en el año 1977 y en el que se implicaba a un sacerdote que falleció en 2012. Además la Delegación Episcopal encargada de la atención a víctimas contactó con la denunciante para poner a su disposición los recursos de acompañamiento y reparación psicoespiritual.
Los hechos relatados en la misiva eran los mismos que se recogían en la carta que recibió el anterior obispo, Juan Antonio Menéndez, en febrero de 2019, y por los que la Diócesis se puso en contacto con la persona firmante a través de la Delegación Episcopal de Protección de Menores y Acompañamiento a las Victimas para poner a su disposición recursos para realizar una adecuada acogida, escucha y acompañamiento.
Asimismo, el obispo, que falleció unos meses después, le respondió con una carta en la que expresó el “profundo dolor que le causaba la noticia”, al tiempo que “pedía perdón en nombre de la Iglesia y reiteraba la disposición de la Diócesis de Astorga a apoyarla y acompañarla”.
Después de dar a conocer en el día de hoy que la investigación no ha permitido llegar a ninguna conclusión sobre los hechos, la Diócesis quiso “lamentar profundamente lo ocurrido, así como el daño que haya podido sufrir la víctima”, al tiempo que hizo extensiva su “empatía y cercanía” a “todas las personas que hayan sufrido abusos y que todavía no han podido sanar el daño sufrido.
“El obispo y todas las personas que trabajamos en acciones educativas, formativas, asistenciales y pastorales en la Diócesis de Astorga estamos comprometidos e implicados seriamente en la realización de un importante trabajo de sensibilización y prevención, que responde a nuestro compromiso en el cuidado de las personas, especialmente de los más inocentes y vulnerables, promoviendo una cultura de buenos tratos dentro de la iglesia”, concluye el comunicado.