En la mañana del 17 de octubre de 1979, se escuchó un ruido que hizo temblar el suelo en la localidad lacianiega de Caboalles de Abajo. Los vecinos salieron de sus casas asustados y se acercaron al pozo minero para ver qué había ocurrido. En el interior del pozo María, las paredes del taller sobre la capa número 13 se habían sacudido, supuestamente por una explosión de grisú. Esa tarde de miércoles fatídica, en la que la muerte volvió a bajar al pozo, es el punto de partida de 1979, Octubre negro, el último libro del escritor berciano Manuel Blanco Pacios. El volumen se presentará el próximo viernes a las 19.30 horas en las instalaciones mineras que sirven de escenario a este ensayo literario elaborado desde un enfoque “intimista y personal”, a través de 21 monólogos de personas relacionadas directamente con el accidente y con las diez víctimas mortales que la mina se cobró ese día.
En ese sentido, el autor explica que el libro pretende ser un homenaje a los mineros fallecidos en uno de los accidentes más importantes y olvidados en la cuenca de Laciana. Los “testimonios de primera línea” que prestan su voz al libro incluyen a los familiares de los fallecidos, pero también a los médicos que atendieron a las víctimas en el hospitalillo minero, a los integrantes de las brigadas de rescate, a los trabajadores de bares cercanos o a los sindicalistas de la época. Todos ellos se reúnen de manera simbólica en un ensayo que “no quiere plasmar las causas o los culpables del accidente” sino “sacar a la luz la vida minera de una forma diferente”. “El libro pretende transmitir lo ocurrido a otras generaciones para que sepan quiénes eran los mineros y a qué se dedicaban, su admirable solidaridad y espíritu de lucha”, explica Blanco, que asegura que “todos los mineros se van a sentir identificados porque las experiencias son muy parecidas”.
Ayudado por varias asociaciones culturales de la zona, el escritor inició hace más de un año y medio un meticuloso proceso de documentación a través de entrevistas con todos estos protagonistas. “Me abrieron los corazones como si me conocieran de toda la vida”, valora el autor, que trata en su libro de hacer que el lector “sienta estas historias como propias”. “Cuando estás haciendo estas entrevistas es imposible no meterte en la piel de esas personas”, explica Blanco, que reconoce que en algún momento llegó a derramar alguna lágrima junto a su interlocutor al oír “testimonios desgarradores” como el de una familia que recuerda la hora a la que se produjo el accidente porque quedó congelada y manchada de negro en el viejo reloj recuperado del lugar del siniestro. “Se ha hecho con el corazón”, resume.
En las páginas de 1979, Octubre negro, el autor vuelve una y otra vez al punto fijo del accidente para luego moverse por los diferentes radios de la historia. “Detrás de cada monólogo también está el antes, el durante y el después”, señala Blanco. Esta estructura es similar a la empleada por Julio Llamazares en su libro Distintas formas de mirar el agua, donde el escritor leonés aborda la historia de los miembros de una misma familia originaria de Ferreras, uno de los pueblos inundados en 1968 por la construcción del embalse del Porma. La estructura del libro también se asemeja a otros libros como Underground, del japonés Haruki Murakami, o Voces de Chernobyl, de la autora bielorrusa galardonada en 2015 con el Premio Nobel de Literatura, Svetlana Aleksiévich, que abordan con este mismo enfoque dos hechos como el atentado con gas sarín ocurrido en 1995 en el metro de Tokyo y la explosión en la central nuclear soviética, respectivamente.
Constructor de versos y aprendiz de poesía
La presentación de 1979, Octubre negro llega cuando el autor todavía está inmerso en la firma de ejemplares de su anterior libro, Por los tejados de la memoria, en el que contó con la colaboración del Ejército del Aire. Se trata del cuarto libro de fotografías antiguas de Ponferrada publicado por Blanco, tras Ponferrada Fotogramas y Ponferrada. Retrato de una ciudad, que vieron la luz en 2015, y Nostalgia Ponferrada, que lo hizo al año siguiente.
Por otro lado, en 2019, el autor cerró, con la publicación de El libro perdido, la trilogía de novela histórica que arrancó con El Secreto de la Fortaleza y que continuó en las páginas de La Tebaida, el discípulo número XIII, que obtuvo el premio a la mejor novela histórica de la editorial Círculo Rojo. Estos libros entrelazan un hilo conductor en forma de ‘thriller’ con datos históricos como el Santo Asalto de la Duquesa de Alba en 1603 o el Concilio del Monte Irago, que tuvo lugar el año 946. Enigmas, robos, asesinatos y misterios forman parte de una trilogía enfocada a la gran pantalla y que funciona como guía histórica y turística de la comarca, a través de figuras como San Genadio o la peregrina Egeria. “Me encuentro muy cómodo en el género histórico, he estudiado mucha historia sobre el Bierzo y me encuentro muy a gusto a la hora de hilvanarla con mis ideas”, reconoce el escritor.
Además, el ponferradino es autor del libro para público infantil y juvenil El misterio de la espada encantada y en 2009 publicó su primer libro de poesía, Imágenes y palabras de la Semana Santa ponferradina. “La poesía me ha dado mucho”, admite el autor, que rechaza la etiqueta de poeta y prefiere considerarse “constructor de versos y aprendiz de poesía”. Tras formarse en la métrica de los siglos XVI y XVII, Blanco ejerce en la actualidad como asesor de poetas y próximamente publicará un libro de “poesía clásica llevada a nuestros días”, con 40 poemas musicalizados bajo el título de Silva varia.
Y es que además de escritor prolífico, Blanco también cuenta con el título de técnico de enseñanzas profesionales de música en la especialidad de trompeta. “No sé si soy más músico o escritor”, reconoce el berciano, que se considera “un aprendiz en el camino” en todos estos ámbitos. De cara a los próximos meses, Blanco tiene previsto publicar un disco con ocho composiciones propias para quintetos de cuerda, en el que espera contar con la colaboración de grandes músicos de la zona.
De manera paralela, el autor también anda enfrascado en la escritura de otro libro con ilustraciones sobre un hombre enfermo de alzheimer, que se completará con una grabación en estudio, junto a una coral local, de una serie de composiciones musicales propias. Además, tiene “casi terminada” una novela negra que llevará por título Nulo y que abordará el oscuro mundo alrededor de un tipo de sangre, conocida como ‘sangre de oro’, que sólo tienen 25 personas en todo el mundo.