La historia de todos

Por Javier Guzmán

La situación actual del Atlético Astorga merece mención especial en las primeras líneas de este artículo, una temporada para la historia fruto del trabajo y esfuerzo de un colectivo de jugadores que está demostrando su enorme potencial y rendimiento. Incluso este éxito es ahora reclamado por partidos y representantes políticos que en otros tiempos dejaron de lado a una institución que llegó a agonizar, y a estar en la UCI, sin demasiadas esperanzas de subsistencia (Otros clubes locales sufrieron con anterioridad un diagnóstico similar y no fueron capaces de recuperarse).

Varias han sido las directivas que han tenido que luchar porque ese enfermo fuera poco a poco recuperando el pulso hasta poder llegar a recibir el alta. Pero, al igual que es justo reconocer el enorme éxito actual, también es justo comentar que fue en aquellos años de dificultades donde un enorme grupo de jugadores locales (que habían pasado por las categorías inferiores del club) defendieron a una institución sin apenas cobrar, y en más de una ocasión debiendo poner dinero para poder desplazarse a jugar los diferentes partidos de la temporada. Un equipo que, cuando nadie quería defender los colores verdes del Atlético Astorga, trabajó y luchó por mantener al club con un hilo de vida, esperando que solo el tiempo pudiera recuperarlo de la enfermedad de las deudas. Un equipo que peleó durante años en la Regional Preferente y que, incluso en una temporada, estuvo a tan solo un gol de lograr el ascenso a tercera división. Una plantilla donde el 85% de los jugadores residían en Astorga y eran pocos los que se desplazaban de fuera de nuestra ciudad a ayudar en la recuperación del enfermo, aunque cabe mencionar que esos pocos siempre serán parte de la familia del Atlético Astorga, y seguro recordados por todos. Evidentemente eran tiempos complicados donde los jugadores de la capital no estaban dispuestos a jugar en un club que apenas podía permitirse pagar un sueldo y que en ocasiones reclamaba un esfuerzo extra a la plantilla. Pocos años después se logró el ansiado ascenso a tercera división, ya con un equipo donde estaban presentes más jugadores de diferentes lugares de la provincia, pero donde aún muchos jugadores locales que habían formado parte de diferentes generaciones de equipos filiales (que había conseguido cosechar diferentes éxitos provinciales) ya se habían incorporado al primer equipo. Actualmente, fruto de las exigencias necesarias para formar parte de esta plantilla, ya contamos con pocos jugadores locales, pero los que somos aficionados del Atlético Astorga debemos recordar aquellos tiempos y saber ponerlos en valor. Esperemos que el futuro permita que nuestro club no vuelva a pasar dificultades como ha ocurrido en tiempos pasados y que la situación actual sea valorada por todos con el recuerdo de lo que hicimos por nuestro club los que nacimos aquí (jugadores, socios y directivos), y que a día de hoy somos los que más valoramos los logros alcanzados.

Solo me queda desearle la mayor de las suertes a nuestro equipo, y sentirme orgulloso de haber pertenecido a una generación de amigos y compañeros que aportamos nuestro granito de arena para levantar el castillo que a día de hoy admiramos todos.

 

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