S. Gallo El juicio contra el hombre acusado de haber contratado a un sicario para acabar con la vida de su mujer el verano del año pasado en la provincia de León ha quedado visto para sentencia. Sin embargo, durante la lectura de las conclusiones a cargo de las partes, se ha producido un giro y la Fiscalía, que inicialmente pedía 13 años de prisión para el procesado por un delito de asesinato en grado de tentativa, ha propuesto que, si no se contempla ese delito, se baraje el de proposición para el asesinato, delito por el que pide ocho años de prisión.
Sin embargo, el abogado de la defensa argumentó que este hecho causaría indefensión del acusado, por lo que de atenderse a esa propuesta de la fiscal, reclamó que el juicio celebrado durante los dos últimos días fuera declarado nulo. Además, se puntualizó que el delito de asesinato no debiera ser atribuible al procesado, sino a los presuntos sicarios que eran quienes lo irían a cometer.
Así se puso de manifiesto después de la sesión celebrada durante la mañana de este martes, en la que prestaron declaración la mujer del procesado y dos amantes de éste. Durante su declaración, la mujer del acusado dijo que podía tener algunas sospechas de que su marido le era infiel pero “no tenía la certeza”, aunque dio haberle perdonado y rechazó la posibilidad de que su esposo quisiera matarla, por lo que dijo defenderle “hasta el final”.
Casados desde el año 1993, la mujer reconoció que existe “total libertad en casa” y en todo momento antepuso el bienestar de su hija, de quien dijo que tiene “muchos problemas de salud”. De ahí que en todo momento respaldara la declaración de su marido en la que defendía que había sido víctima de una extorsión por los supuestos sicarios, y aunque llegaron a plantear la posibilidad de querellarse contra ellos, no lo hicieron “por miedo a las represalias”, añadió. “Voy a estar con él hasta el final”, sentenció la mujer, que insistió en que “es creíble que pagara para evitar el chantaje, él nunca permitiría quitarle su madre a su hija”, ratificó.
Por delante del juez también pasaron dos de las amantes del procesado. La primera de ellas mantuvo una relación intermitente con él desde el año 2009 hasta que el acusado fue detenido. Reconoció que al intentar dejarle, el hombre la amenazó en dos ocasiones, una de ellas con un cuchillo y otra con una pistola, y explicó que en la actualidad tenían una orden de alejamiento porque la había acosado. Otra de las amantes dijo que mantenían una relación de amistad y que tenían relaciones íntimas “pocas veces” a pesar de que conocía que estaba casado.
Los hechos se remontan a julio del año pasado, cuando el procesado planeó el asesinato de su mujer simulando un robo y contratando a un sicario. Pero los hechos se paralizaron después de que el supuesto sicario entrara en prisión por otros hechos, ante lo que el acusado contactó con otro conocido del primero para continuar con el plan.
Este último sicario habría solicitado un anticipo de 10.000 euros que el acusado se negó a efectuar, pero al comprobar que en la fecha acordada no se produjo la muerte de la mujer, el procesado pidió explicaciones y el supuesto sicario adujo que se habían producido dificultades y volvió a reclamar el anticipo del dinero. El procesado fue detenido unos días más tarde y en su vehículo se localizaron 10.000 euros bajo uno de los asientos.