La FICS y la comunidad jacobea acogen con júbilo el impulso del Ministerio de Cultura para proteger la acogida jacobea como Patrimonio Inmaterial

La semana pasada, el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogió el inició el proceso para oficializar la ATJ como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial español
Camino de Santiago
La Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, con el apoyo del Camino Francés, entregó el pasado año el informe para la candidatura al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

La comunidad del Camino de Santiago ha comenzado el año 2024 con éxito. La solicitud fundamentada de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, respaldada por la totalidad del Camino Francés, Federación para que se reconociera y protegiera la Acogida Tradicional Jacobea, ha tenido resultados positivos. La semana pasada, el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogió el inició el proceso para oficializar la ATJ como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial español.

Este reconocimiento se centra en el componente más humano e intangible del Camino de Santiago: el ejercicio altruista y voluntario de la hospitalidad hacia el peregrino, una tradición que se ha mantenido durante mil años.

Según el documento presentado por la FICS y publicado en el BOE: “De todas las expresiones inmateriales propias de la ‘cultura jacobea’, la fraterna hospitalidad al peregrino, es decir, la Acogida Tradicional Jacobea (ATJ), constituye el elemento más frágil y amenazado, pero también el más definido, destacado e identitario del Camino de Santiago.”

Acogida tradicional jacobea

La acogida tradicional jacobea es uno de los valores esenciales que explican el extraordinario éxito del Camino de Santiago y su pervivencia a lo largo de los siglos. Se define como un sistema fraterno de hospitalidad caracterizado por la austeridad y la preservación del carácter espiritual y trascendente de la peregrinación, en el que los servicios se ofrecen de manera desinteresada y sin ánimo de lucro, mediante el trabajo voluntario de los hospitaleros, por regla general también peregrinos, y la creación de un ambiente acogedor. Se trata de una manifestación secular de fundamento humanista, cultural y con profundas raíces históricas y religiosas europeas.

Además, no tiene límites o fronteras físicos definidos, ya que ocurre donde un peregrino a Santiago es acogido según los principios jacobeos, sin importar la ruta seguida o el país donde ocurra. Peregrino significa aquel que viaja por tierras extrañas, es decir extranjeras. Y desde la antigüedad, en la cultura griega y romana, entre otras, se le ha conferido un status especial que tiende a reducir las desventajas de tal condición, asimilando sus derechos, en medida variable, a los del grupo nativo o dominante que actúa como receptor.

A diferencia de la mayoría de las declaraciones de Patrimonio Inmaterial, el proceso para este reconocimiento oficial y legal proviene de parte de la propia comunidad portadora de la acogida tradicional: los peregrinos, hospitaleros y líderes de las asociaciones de amigos del Camino de Santiago canalizados a través de FICS y CFF.

Las personas que integran estas organizaciones, así como otras similares, dedican su trabajo de forma voluntaria a organizar y mantener muchos de los albergues más conocidos en el Camino de Santiago. Y es que más de una vez han tenido que enfrentarse a cambios de las legislaciones autonómicas que orientadas a los establecimientos turísticos, ponen en riesgo a estos lugares ancestrales “y extraños” que son los albergues del Camino. “Este reconocimiento, con su respaldo legal es una buena noticia para todos los peregrinos y para la propia cultura española que atesora un bien patrimonial inestimable a través de las peregrinaciones a la tumba del Apóstol”, subrayó el presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, Juan Carlos Pérez.

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